Teatro: K PRODUCCIONES Y TANTTAKA TEATROA El nadador de aguas abiertas

K PRODUCCIONES Y TANTTAKA TEATROA

El nadador de aguas abiertas

Teatro

Dirección, espacio escénico: Fernando Bernués. Intérpretes: Markos Marín, Adolfo Fernández. Autor: Adam Martín Skilton. Adaptación: María Goiricelaya. Traducción al euskera: Aizpea Goenaga. Diseño de iluminación: David Bernués. Vestuario: Ana Turrillas. Videoescena: Acrónica Producciones. Música, espacio sonoro: Fernando Velázquez.

Son dos...pero no son pareja. Aunque en ocasiones pueda parecerlo.

Son dos y son hombres. Aunque les sobra ternura y ganas de pasarlo bien.

Son dos y te vas a reír con ellos. A lo mejor hasta quieres adoptarlos. Se puede hablar.

Son dos y se necesitan. Aunque no lo sepan.

Son dos en cartel pero muchos en el escenario. Lo entenderás cuando lo veas.

Son dos y con el mar forman un trío. Tú que eres de playa sabes de qué te hablo.

Son dos y después de conocerlos los vas a echar de menos.

Nilo es un actor mediocre al que ya no dan trabajo. Su mujer le ha dejado y él entra en una espiral de pensamientos autodestructivos. Gracias a Walrus, un nadador experto que oculta un trauma familiar, Nilo aprenderá a nadar a los 48 años, y en ese proceso también recibirá la lección más importante de su vida.

El nadador de aguas abiertas es un relato cautivador. Dos vidas “fortuitamente” enredadas por el mar y, en la orilla, la amistad ejerciendo de literal salvavidas…

Sábado 25 mayo, 20.00 h. Auditorio. 

https://youtu.be/GWByIPP95Uo?si=5HlYn6MVNH6fGCE1

“(…) Este es un relato cautivador -dice Fernando Bernués-. Dos vidas “fortuitamente” enredadas por el mar y, en la orilla, la amistad ejerciendo de literal salvavidas… Es un auténtico regalo narrativo que a su vez insinúa sugerentes posibilidades escénicas y escenográficas”.

Añade Bernués que la naturaleza dramática de la historia invita a una poética alejada del realismo, con una escenografía “naif” de poética teatral. “Si bien las interpretaciones de ambos protagonistas están alejadas de una composición subrayada o farsesca, la plástica inspira un mar, una playa, un cielo, un océano, acogiendo esta bella historia con una sonrisa cómplice, como si desde el escenario se guiñara el ojo a cada uno de los espectadores…”.

En el escenario, cientos de tradicionales cubos de plástico cotidianos, pero transparentes, acogen una playa. En primer término, varias filas de cubos con arena; después, varias filas de cubos llenos de agua y, finalmente, un sinfín de cubos vacíos elevándose hacia el cielo Sobre la transparencia de los cubos vemos, difuminadas, imágenes de agua de mar agitándose o unas nubes llevadas por el viento. Esto, junto a una banda sonora que nos ayuda ubicar los “distintos mares (incluidos los del alma)” nos conducen por una función teatral que Bernués califica de “balsámica””.

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