Bajas exprés, pero a precio de oro

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El consumidor: 
El reclamante acudió en busca de ayuda al Instituto Regional de Arbitraje de Consumo tras intentar, en vano, solucionar una reclamación directamente con su compañía de telecomunicaciones. El caso es que el usuario había comunicado a la empresa que quería cursar baja en una tarifa reducida de acceso a internet y, en cambio, semanas después recibió un cargo sorpresa de 2.167,77 euros. El cliente explicó al tribunal arbitral que la solicitud de baja había sido comunicada por escrito con quince días de antelación, tal y como recogía su contrato, pero que la baja en la tarifa se hizo transcurridas unas pocas horas desde esa comunicación y que, por lo tanto, no pudo disfrutar de los quince días de servicio restantes en la tarifa especial. Es decir, al conectarse a internet durante esos días, se le aplicó una tarifa estandar, mucho más cara.
La empresa: 
La empresa reconoció el error en las alegaciones remitidas al tribunal arbitral, mostrándose de acuerdo en devolver al cliente el importe.
El colegio arbitral: 
El tribunal obligó a la compañía a efectuar la devolución del dinero.