Una crema que agrieta
El consumidor:
La reclamante acudió al sistema arbitral manifestando que, cuando compró unas botas, la empleada le comunicó que tenía que usar crema incolora y luego crema marrón. A los dos meses de uso les salieron unas grietas y cambiaron sustancialmente de color.
La empresa:
La empresa manifestó que se trataba de una reconocida marca de calzado y que cuando recibieron la queja enviaron las botas a la fábrica, que emitió un informe señalando que el artículo no tenía defecto alguno, y que podían observar que existía un exceso de cremas y ceras.
El colegio arbitral:
El colegio arbitral acordó estimar en parte la reclamación teniendo en cuenta la documentación aportada, por lo cual se le devolvió a la consumidora la mitad del importe de las botas, además de éstas. El colegio arbitral consideró que la información recibida en el momento de efectuar la compra pudo ser la causante de que el exceso de crema o betún produjeran el levantamiento de la piel.