Problemas con la tintorería
El consumidor:
La reclamante llevó una falda a limpiar a una tintorería y, al recogerla, comprobó que había aparecido un defecto que podría ser por quemadura o roce. La usuaria pidió que se le compensase con los 1.600 euros que dijo haber pagado por la falda años atrás, en 2002 (no aportó factura).
La empresa:
La tienda rechazó que hubiera deteriorado la falda, alegando que se había limpiado en seco conforme a lo indicado en la etiqueta de la prenda.
El colegio arbitral:
El colegio arbitral envió la falda al laboratorio, que no pudo determinar el origen del defecto. Al no haber factura de la compra, el colegio arbitral tasó la prenda en 100 euros y decidió imputar el coste a partes iguales al reclamante y al reclamado (así, este último devolvió 50 euros a la clienta). La tintorería hubiera evitado responsabilidades si hubiera examinado la prenda antes de aceptarla y hubiera anotado cualquier defecto en el presupuesto.