Revisiones innecesarias y gasto de gasolina

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El consumidor: 
El reclamante manifestó que había llevado su vehículo en varias ocasiones al taller de reparación con los mismos síntomas de avería, que no desaparecieron hasta la última revisión. Pidió que le devolvieran el importe de las primeras revisiones (entre ellas, un cambio de la junta de la culata) al considerar que no eran necesarias, y el importe de llenado del depósito de gasolina, ya que observó que lo dejaba lleno y al recogerlo tenía bastante menos combustible. Pedía la devolución de 1.460 euros.
La empresa: 
La empresa manifestó que todas las reparaciones fueron necesarias y que obedecían a razones diferentes: unas de carácter mecánico y otras, electrónico. Sostuvo que el cambio en la culata era necesario (ya que perdía anticongelante), si bien reconoció que cometieron el error de no pedir al cliente la aceptación del presupuesto por escrito, sino que se hizo vía telefónica. La empresa ofreció la devolución del importe de la gasolina, si bien sostuvo que se había consumido en las pruebas, y la realización de un chequeo gratuito en un año, pero el cliente rechazó la oferta.
El colegio arbitral: 
El colegio arbitral estimó parcialmente las pretensiones del cliente, ya que la sintomatología de la avería no desapareció hasta el cambio de sensores, en la última reparación. Sin embargo, teniendo en cuenta que tras las diversas intervenciones el coche había quedado sensiblemente mejorado, acordó que se devolviera la mitad del dinero reclamado: 730 euros.