Volando por azar
El consumidor:
La reclamante compró un billete de avión por 314 euros a través de una agencia de viajes. Al llegar al aeropuerto, el vuelo ya había partido, puesto que la compañía había modificado el horario, una circunstancia que la agencia no le había notificado. Por ello, solicitó una indemnización de 1.000 euros.
La empresa:
La empresa explicó que el cliente consiguió finalmente volar porque el avión se estropeó y tuvo que volver al aeropuerto consiguiendo que le readmitieran en ese vuelo. No obstante, el avión salió diez horas después. Además, aseguró haber dejado un mensaje con el cambio en el contestador del cliente.
El colegio arbitral:
El tribunal arbitral consideró acreditado que la empresa reclamada no comunicó el cambio al cliente. Este finalmente pudo viajar por la concurrencia de una serie de casualidades, pero no en las condiciones inicialmente contratadas. Por ello, la empresa tuvo que abonar al reclamante 157 euros por los perjuicios.