El Hospital público Gregorio Marañón inaugura una sala de descanso para familias con niños en la UCI
Comodidad y cercanía para los padres
El Hospital General Universitario Gregorio Marañón, centro público de la Comunidad de Madrid, ha puesto a disposición de los padres y familiares de niños ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos una nueva sala que busca humanizar la estancia hospitalaria y ofrecer un entorno cálido, íntimo y acogedor. Se trata de un entorno que les ofrece más intimidad mientras que se mantienen cerca de sus hijos durante el proceso de hospitalización. El espacio se ha equipado con una zona de cocina para comer, así como con salas individuales de descanso amuebladas con sillones y mesas.

Esta remodelación ha consistido en constituir un amplio espacio para los acompañantes de estos pacientes, ubicado en la segunda planta del Hospital Materno-Infantil del centro madrileño, enfrente de la UCI pediátrica. La zona cuenta con tres salas individuales de descanso, todas ellas con sofás; un área de trabajo y una zona de cocina con mobiliario office, muebles bajos con cajones, encimera y fregadero. Además, dispone de nevera, microondas, dos mesas comedor y sillas.
El diseño ha sido pensado para favorecer el acompañamiento y aliviar el impacto emocional que conlleva el ingreso hospitalario prolongado. Esta reforma, impulsada con la colaboración de la Fundación Aladina, ha sido supervisada por la Sección de Obras y Reformas dependiente de la Subdirección de Ingeniería del hospital.
Jesús López-Herce, jefe del Servicio de la UCI pediátrica, ha destacado que esta sala permite a los padres estar cerca de sus hijos teniendo una zona donde poder descansar, comer o relajarse y eso es algo muy importante porque hay niños que se pasan meses ingresados en cuidados intensivos.
Por su parte, Marta Marcos, supervisora de enfermería de la UCI pediátrica, ha recalcado que se trata de “un espacio que da tranquilidad y comodidad a los padres y mejora su bienestar e intimidad”. Asimismo, para las familias que no son de Madrid y vienen de distintas comunidades e incluso de otros países, tener esta sala les ayuda mucho.
Los propios padres han agradecido un sitio donde poder desconectar en una situación así. “Cosas sencillas como sentarte a tomar algo, leer un libro, cargar el móvil o simplemente descansar, no son cosas tan fáciles de llevar a cabo en una UCI y con esta actuación se nos da la oportunidad de poder hacerlo tranquilamente” ha comentado Ana Luque, madre de una paciente. Y, sobre todo, sin tener que salir del hospital y estando cerca del menor ingresado.
Con esta nueva infraestructura, el Hospital Gregorio Marañón refuerza su compromiso con la atención integral y el bienestar de los pacientes pediátricos y sus familias, consolidándose como un centro de referencia también en el ámbito de la humanización hospitalaria.
En la UCI pediátrica del centro ingresan entre 450 y 500 niños al año, cuyas patologías más tratadas son de gran complejidad, como enfermedades respiratorias, infecciosas, postoperatorios de cirugía cardiaca y pacientes oncológicos. En este contexto, en la que existe una atención tan personalizada y una alta demanda, este espacio proporciona un apoyo fundamental a las familias.