El Hospital público de Getafe coloca a un paciente pediátrico su bomba de insulina número 100
CUENTA CON UNA UNIDAD MULTIDISCIPLINAR QUE HA TRATADO YA A MÁS DE 300 PACIENTES Y SUS FAMILIAS
El Hospital Universitario de Getafe, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, ha colocado a un paciente pediátrico la bomba de insulina número 100 desde la incorporación de este tratamiento a su cartera de servicios, en el año 2009. Este avance representa no solo una cifra simbólica, sino que es una muestra de la labor de la Unidad de Diabetes Pediátrica con la mejora del control glucémico y la calidad de vida de los niños y adolescentes con diabetes mellitus tipo 1.

La Unidad Pediátrica de Diabetes del Hospital Universitario de Getafe ha atendido a más de 300 pacientes desde que inició su funcionamiento en 2007 y actualmente ofrece a los niños y sus familias una atención integral personalizada. La diabetes mellitus tipo 1 es la enfermedad crónica más común de la infancia. Su manejo exige un enfoque multidisciplinar que combina control médico, educación diabetológica y apoyo psicológico y familiar.
Por ello, el centro cuenta con un equipo formado por endocrinos pediatras, responsables del diagnóstico, tratamiento y seguimiento clínico y enfermera educadora en diabetes, que se encarga de la educación terapéutica de familias y niños en el manejo de insulina, autoanálisis, autocontrol, alimentación, ejercicio y complicaciones agudas y crónicas.
Asimismo, dispone de psicólogos que brindan contención emocional y trabajan en la adherencia al tratamiento, trabajadores sociales que facilitan el acceso a recursos y coordinan apoyos externos si es necesario, así como cardiólogos, nefrólogos y digestivos infantiles que atienden cualquier patología que pueda producirse en el desarrollo y evolución de la diabetes.
Beneficios para los pacientes
Desde la colocación de las primeras bombas de insulina hace ya más 15 años, el equipo de profesionales de la Unidad ha observado una notable evolución en el manejo de la enfermedad.
La bomba de insulina permite un tratamiento más fisiológico, flexible y personalizado, facilita mejorar el control glucémico, favorece la disminución de los ingresos hospitalarios y conlleva la reducción en el número de complicaciones agudas.
Otro beneficio para los pacientes es la mayor seguridad y autonomía y mejoras en la calidad de vida de los niños y sus familias.
Tras la introducción de los sensores de glucosa en 2015, ahora también es posible ofrecer una monitorización en tiempo real del nivel de glucemia, lo que hace posible que profesionales sanitarios y pacientes puedan ajustar el tratamiento de forma más precisa, evitando complicaciones agudas.

