Prolongación de la Línea 9. Tramo: Puerta de Arganda-Arganda del Rey

Se crearon cuatro nuevas estaciones. Dos de ellas en superficie –Rivas-Vaciamadrid y La Poveda– y las otras dos semienterradas –Rivas Urbanizaciones y Arganda del Rey–.

Esta prolongación fue pensada a largo plazo, de forma que se reservó el suelo necesario para otras dos estaciones futuras que serían intercaladas en la línea, una de ellas en la zona de Vicálvaro y otra intermedia entre las estaciones de Rivas Urbanizaciones y Rivas Vaciamadrid.

Esta obra supuso además la incorporación al parque móvil de Metro de Madrid de los nuevos trenes de la serie 6.000, que eran los más modernos de la red de Metro.

Esta línea cuenta con características distintivas que la hacen diferente del resto de actuaciones realizadas en la red de Metro. La primera de ellas es la longitud, el trazado se desarrolla a lo largo de 18,3 Km de longitud, y la segunda, que casi la entera totalidad del tramo discurre en superficie.

Todas las estaciones disponen de aparcamientos que, en el conjunto del tramo suponen un total de 1.054 plazas. De ellas, 30 se reservan para personas de movilidad reducida. Se ha dispuesto además el acceso de las líneas regulares de autobuses a las mismas para facilitar los trasbordos entre los diferentes medios de transporte público.

Una característica común a todas las estaciones es que el vestíbulo es circular en la superficie. Los andenes, situados en los niveles inferiores, miden 115 m de longitud y 9 de ancho.

Rivas Urbanizaciones

Es en el trayecto del recorrido desde la estación de Puerta de Arganda hasta la de Rivas Urbanizaciones donde tiene lugar la transición hacia la llamada Zona B1. Se atraviesa la carretera M-45, la M-203 y la vía del ferrocarril para llegar a esta estación.

El tren se desplaza por la superficie, descubriendo un paisaje antes oculto, para devolver de nuevo minutos más tarde al viajero a la oscuridad.

Una vez en los andenes, da la bienvenida una muestra de arte mural del autor Naso González, realizada en los albores de siglo XXI, de tema abstracto y colores vivos, primarios, que contrastan con la atmósfera gris de la estación. Toda la composición sugiere una obsesión personal por el movimiento a través del tiempo. El plano y la línea, elementos esenciales en la pintura no figurativa, se entrelazan. Amarillo, naranja y rojo dan existencia a figuras planas de forma triangular y trapezoidal, angulosas, casi agresivas, y se unen con delicadas líneas de tensión de un azul oscuro apenas perceptible pero que constituyen el alma de la obra por su calidad de precursoras del movimiento.

El acceso a la estación se realiza a través de un recibidor sito en el llamado Paseo del Ferrocarril, a nivel de calle. En este caso, el ascensor se incluye dentro del recibidor constituyendo un elemento referencial que cualifica y ordena el espacio. Su diseño es una cubierta blanca ligerísima, con una leve curvatura, que cubre el receptáculo y parece flotar sobre la ranura continua de luz natural, indiferente al muro de ladrillo que queda íntimamente relacionado con el suelo. A veces el muro de ladrillo, colocado a hueso, sin llagas, de una forma limpia, deja paso a un revestimiento de gres porcelánico azul ultramar oscuro, en una delicada complementariedad de colores. También el diseño de los bancos que componen el mobiliario está cuidado con una mezcla de modernidad y tecnología.

Da servicio a un conjunto residencial formado por urbanizaciones y una serie de equipamientos y servicios.

El modelo constructivo empleado es el sistema adintelado, con pantallas de contención laterales y grandes vigas de hormigón que quedan vistas.

El esquema de circulaciones se resuelve mediante un único andén central que comunica con el recibidor mediante dos tramos de escaleras mecánicas –uno para cada sentido-, un tramo de escaleras fijas y un ascensor para personas con movilidad reducida.

Rivas-Vaciamadrid

Es en el trayecto del recorrido desde la estación de Rivas Urbanizaciones hacia la de Rivas Vaciamadrid se produce la transición hacia la Zona B2.

Después de un tramo de recorrido subterráneo, el tren vuelve a salir a la superficie hasta llegar a la estación de Rivas Vaciamadrid, que queda al descubierto permitiendo una interesante panorámica de los cerros de las Coberteras, protegidos por una marquesina blanca de aspecto ligero. También en este aspecto coincide con la estación de La Poveda.

El conjunto de la estación se estructura en dos niveles. La cota de ingreso está en el nivel más bajo y alberga una playa dedicada al estacionamiento de vehículos particulares y el vestíbulo, volumen de aspecto macizo en ladrillo cara vista colocado a hueso y visera de hormigón. Este vestíbulo con funciones de recibidor y distribuidor se ubica en la calle Wenceslao García y contiene en su interior un ascensor para personas con movilidad reducida que comunica con un nivel superior de andenes.

Desde el punto de vista volumétrico, en este proyecto la función queda expresada a través de la forma. El esquema se puede sintetizar, de una manera abstracta, en dos planos horizontales –ingreso y andenes– unidos por un núcleo duro de comunicaciones. Ambos planos tienen elementos singulares desde el punto de vista arquitectónico que los caracterizan: el volumen del vestíbulo en el plano de ingreso y la marquesina en el plano de los andenes, que aparece como una estructura etérea sostenida por dos tirantes atados a un mástil o pie derecho metálico.

La estación de Rivas Vaciamadrid se encuentra cercana al Polígono Industrial Los Areneros, de manera que la zona residencial queda ubicada en el margen opuesto de las vías del tren.

Esta zona residencial se organiza en una retícula ortogonal de calles que conforman espacios ocupados por vivienda colectiva en manzana cerrada y bloque lineal.

El sistema de comunicaciones responde a un esquema claro y sencillo, de manera que el acceso a cada uno de los andenes de la estación se realiza por medio de un tramo de escaleras mecánicas y una escalera fija.

La Poveda​

Con el inicio del recorrido desde esta estación, se llega a la zona B3.

El trayecto desde la estación anterior hasta la actual de La Poveda, atraviesa el río Jarama y la laguna del Campillo por un viaducto.

El esquema de la estación de Metro La Poveda es, esencialmente, el mismo que el descrito en el apartado anterior. Tiene un único acceso a través de la carretera Campo Real. Es entre esta vía y la calle de Monte donde se ubica la zona residencial y sus equipamientos y servicios –un Centro Cívico y, al noroeste de la carretera de Campo Real, el Centro Social del polígono denominado Cooperativa–. Al sur del núcleo de población se encuentran los polígonos de El Estrechillo, Borondo, Los Robles y, una vez pasada la antigua carretera Nacional III (Madrid- Valencia), el Polígono El Aquitón.

Arganda del Rey

El municipio de Arganda de Rey está situado a 25 km hacia el sureste del centro de la capital.

El origen de Arganda se remonta, con toda probabilidad, al año 1580, antes del año 1785, en que se tiene constancia del primer documento gráfico de la estructura urbanística de la ciudad. Este aspecto queda recogido en un mural situado en el paramento de uno de los andenes de la estación y del que se hablará más adelante.

En la actualidad, Arganda tiene una importante densidad de habitantes, cuya actividad fundamental está relacionada con el sector industrial. Además, las expectativas de crecimiento son importantes, si nos basamos en las previsiones de crecimiento de la población.

En el trayecto realizado desde la estación de La Poveda hasta la de Arganda del Rey, se atraviesan sucesivamente la vía del ferrocarril y las carreteras M-203 y M-300. Toda la superficie que se divisa al realizar el recorrido se caracteriza por la implantación tradicional de polígonos industriales. Ya cerca de la población de Arganda, prolifera un importante recurso urbanístico: la vivienda colectiva de nueva construcción.

La estación de Metro de Arganda del Rey es, como la mayoría de las estaciones, subterránea. El acceso a la misma se realiza a través de un vestíbulo que repite la estética del que se encontraba en la estación de Rivas Urbanizaciones, además del esquema empleado en la resolución de la zona de andenes, así como la estructura de las comunicaciones que conectan vestíbulo y andén.

Una muestra de arte público mural marca la diferencia que hace esta estación singular. Se cita un texto antiguo que recupera la memoria histórica de Arganda: «E agora –dice el rey– que de aquí en adelante se ha de llamar Arganda del Rey», que se acompaña de un plano que describe el desarrollo del crecimiento de la ciudad y de fotografías históricas que recogen acontecimientos, personas y costumbres de otra época.

Esta estación, sita en la plaza de España, permite dar cobertura a una zona residencial equipada con una serie de recursos propios que solucionan las necesidades de la población, además de a un polígono industrial situado al oeste del núcleo residencial.

Desde el punto de vista estructural, el sistema constructivo utilizado es el adintelado, con vigas de hormigón de gran luz que quedan vistas e iluminadas a través de una ranura horizontal que se produce en un salto entre los planos horizontales.

Con la estación de Arganda del Rey se finaliza la ampliación de un tramo que, al mismo tiempo, deja abierta la posibilidad de ser el inicio de nuevas intervenciones a escala territorial en la Comunidad de Madrid.

Metro de Madrid se convierte en un agente de cambio de aspectos como la geografía y el paisaje, tanto de la ciudad como de sus aledaños.

La complejidad estructural de la arquitectura aumenta ante la necesidad de internarse en un nuevo medio, el subterráneo, de manera que la mayoría de las convenciones arquitectónicas que se usan normalmente, han de someterse a revisión.

El gran reto de cualificar ese espacio densamente poblado que es la red de Metro de Madrid se logra con grandes dosis de esfuerzo colectivo y con la ciencia y la tecnología al servicio del bienestar del hombre.