Exposición virtual sobre las colecciones históricas del I.E.S. San Isidro

La colección expuesta se compone de algo más de 300 piezas y de un voluminoso conjunto documental y bibliográfico. Se trata de una selección de objetos de las colecciones de materiales históricos del Instituto, constituidas por las piezas de los antiguos gabinetes de Historia Natural y de Física y Química, todas ellas destinadas a la enseñanza. En paralelo a esta labor, se llevaron a cabo diferentes tareas como el reconocimiento y clasificación científica, revisión de etiquetado antiguo, inventariado y catalogación, fotografiado de piezas, digitalización de fichas, confección de nuevas cartelas.

Todo esto fue posible, gracias a la colaboración de profesores, que despertaron la curiosidad entre sus alumnos para que se interesasen por la protección, conservación y uso del patrimonio histórico-educativo de sus institutos, y, también de instituciones como, la UNED (departamento de Historia de la Ciencia y Educación), el proyecto CEIMES de la Comunidad de Madrid, la Escuela Superior de Restauración de Madrid, el Real Jardín Botánico de Madrid, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Museo Geominero y la Biblioteca Nacional.

La idea principal de la exposición es aprovechar la escalera como metáfora del camino ascendente hacia el conocimiento y la sabiduría. El ascenso a un nivel de conocimiento superior mediante el esfuerzo y la superación representado por la escalera. Un camino en espiral hacia arriba, nunca en línea recta, alrededor de un eje que apunta hacia el cielo.

La entrada se realiza por la planta baja de la escalera dando paso a una recreación de un aula antigua. En este primer marco espacial, también se exponen expedientes, exámenes y trabajos de alumnos célebres, material escolar como libros, manuales, material documental y bibliográfico relacionado con la historia del Instituto, libros publicados por profesores célebres. Dado que se trata de un Instituto Histórico, el más antiguo de Madrid, el primer tema a tratar es la propia historia del Instituto a través de la historia de la Educación y la evolución de la enseñanza en los últimos siglos, especialmente desde el siglo XIX.

Al ir subiendo por la escalera se va avanzando por diferentes ramas de la ciencia, se comienza por la Geografía y a continuación encontramos la Física, la Geología, la Botánica, la Zoología y la Medicina. En el último piso se encuentra el apartado dedicado al hombre, coronando el recorrido, como punto final de la metáfora del ascenso hacia la sabiduría, y, proyectando la idea antropocéntrica de la creación que ha pervivido en los libros de texto hasta hace bien poco tiempo. Dentro de una vitrina de época, de madera en color blanco, un modelo anatómico masculino del Doctor Auzoux.

Para el montaje expositivo, se ha utilizado una gran variedad de vitrinas, todas ellas reutilizadas. Algunos ámbitos, de aire decimonónico, traen a la memoria, las antiguas cámaras de maravillas naturales propias del siglo XIX.

Un gabinete fundamental en la enseñanza fue el de Física y Química. El del Instituto de San Isidro estaba dotado en su momento de centenares de aparatos científicos técnicos. Buena parte de ellos fueron cedidos, en depósito, para su cuidado y restauración, al Ministerio de Cultura en 1985. Posteriormente, en el año 1998, pasaron a integrar los fondos del recién creado Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.

En la actualidad se expone una pequeña muestra del instrumental con el que contó el Instituto. Creados con un fin educativo, todos ellos fueron utilizados como herramientas didácticas, para uso de alumnos y profesores. Su variedad es enorme. Desde gramófonos, microscopios, cámaras fotográficas, magnetófonos, botamen, probetas, placas epidoscópicas de vidrio y aparatos para su proyección.

El Instituto también dispuso de un rico gabinete destinado a la Historia Natural, que abarcaba las disciplinas de zoología, biología, geología, agricultura, botánica, paleontología, prehistoria. Es una de las colecciones científicas educativas más valiosas del país. Estaba dotado de distintas especies de animales vertebrados e invertebrados (mamíferos, anfibios, peces, reptiles, aves, crustáceos, moluscos, insectos,…) y vegetales como plantas, semillas;  fósiles, minerales y rocas; material lítico prehistórico (herramientas y utensilios, como bifaces, hachas de sílex,..). Todo un despliegue de diferentes ejemplares bien naturalizados, bien conservados en formol, esqueletos, modelos didácticos, contextualizado por la colección de láminas según la clasificación de G. Cuvier del siglo XIX y otras estampas explicativas de la época.

Destaca una notable colección de aproximadamente 800 animales naturalizados, varios salidos del taller de los hermanos Benedito Vives. Muchos de estos animales proceden de la Casa de Fieras y de expediciones y donaciones de particulares. Son comunes los especímenes raros y exóticos, como una cabra siamesa, dos linces ibéricos, un ornitorrinco, un equidna, una colección de primates, todas las rapaces ibéricas y una estupenda colección de peces. Algunos cuelgan de la pared, sobre un árbol de la vida.

La colección de maquetas constituidas por modelos anatómicos realizados en papel maché, obra del francés, Doctor Louis Thomas Jérôme Auzoux (1797-1880), es de las más importantes de España. Sus modelos, reconocidos internacionalmente, fueron exportados al mundo entero durante ciento cincuenta años. En ella podemos encontrar, un hombre clástico, un muchacho de menor tamaño, un salmón, una cabeza de serpiente, una serpiente completa, un gusano de seda, un escarabajo, una polilla, una sanguijuela, un pavo, un ojo humano, algunos otros modelos de órganos humanos y unas treinta de maquetas vegetales. 

Dentro de estos modelos, destaca un hombre clástico a escala natural, adquirido a mediados del siglo XIX. Se exhibe en una vitrina de época en madera de color blanco, al final de la escalera. Estos modelos son desmontables, y cada una de las partes está identificada con un número y una cartela que describen la parte representada.

El paso del tiempo y el uso de estas piezas por generaciones de alumnos han hecho que algunas de ellas hayan llegado hasta nosotros deterioradas. Con la puesta en marcha del Museo, parte de esos materiales pudieron ser expuestos gracias a las labores de limpieza y conservación que, durante los recreos, realizaron los alumnos en el laboratorio de Biología y Geología.

Pero la restauración de los materiales antiguos es una tarea especialmente delicada que requiere la actuación de profesionales. La colaboración con la Escuela Superior de Restauración de la Comunidad de Madrid permitió restaurar algunas láminas y grabados antiguos. A través del proyecto CEIMES, varios animales naturalizados fueron restaurados por un taxidermista. También la Dirección General de Patrimonio Cultural, ha desarrollado varias campañas en las que se han recuperado, para todos, varios modelos del Dr. Auzoux, el hombre clástico, un escarabajo, un ave y una mano. Hoy seguimos restaurando otras obras.