Restauración del lienzo La Inmaculada de la Cartuja de Talamanca de Jarama
Ubicado en la capilla de La Cartuja. Atribuido a Pedro Atanasio Bocanegra.
La obra se ubica en la capilla de la Cartuja de Talamanca de Jarama, que dependía del monasterio cartujo de Santa María de El Paular, fundado en Rascafría por iniciativa de Juan I y Enrique II el 29 de agosto de 1390. En un principio, en el lugar que ahora ocupa el lienzo de la Inmaculada Concepción de María, estaba situada una obra representando a San Bruno, fundador de la Orden Cartuja, que no pudo recuperarse debido a su deterioro irreversible.
La capilla de la Cartuja de Talamanca cuenta con pinturas murales en techo y paredes que representan además de la Inmaculada Concepción, a la Santísima Trinidad, Pentecostés y el Cordero Místico. En los laterales aparece un zócalo simulado en mármol sobre el que se representan a San Hugo, San Telmo y la Magdalena, el emblema de la Casa de Borbón y el escudo Cartujo.
El lienzo La Inmaculada Concepción de María
El lienzo se atribuye a Pedro Atanasio Bocanegra, por sus características compositivas, aunque carece de firma, al igual que otras pinturas realizadas por el mismo autor. El modelo de la composición recuerda a la del pintor granadino Alonso Cano, que cuelga en el Oratorio de la Sacristía de la catedral de Granada. La Inmaculada Concepción de Cano fue realizada en la etapa de plenitud del artista, en la década de los años 60 del siglo XVII. El éxito de la composición fue tal, que se convirtió en un modelo a seguir en las representaciones de la Virgen en los siglos XVII y principios del XVIII.
La ausencia de pruebas documentales, no nos permite saber cómo el cuadro de La Inmaculada llegó a la Cartuja de Talamanca, aunque lo más plausible es que los cartujos hubieran solicitado a sus compañeros de la Cartuja granadina una Inmaculada y que estos hubieran realizado el encargo de la imagen a Pedro Atanasio Bocanegra, quien había trabajado para la Cartuja de Granada entre 1670 y 1676.
Imágenes del lienzo antes y después de su restauración:
Estado de conservación previo
El lienzo se encontraba en un estado de conservación delicado, siendo la pérdida de policromía, especialmente en la parte inferior del lienzo y los marcados craquelados, los problemas principales que afectaban a la obra. Se desmontó el lienzo en la capilla, para ser posteriormente trasladado al taller de restauración.
Desde el punto de vista estructural la superficie del lienzo estaba tensada. Por la época se podría pensar que el bastidor es el original dado que es de madera de pino, ensamblado en las esquinas.
Una vez desmontado el lienzo del marco se observó que estaba recortado en el bastidor, posiblemente para adaptarse al marco, estando clavado al mismo por todo el perímetro en el anverso de la película pictórica. Sobre la superficie se apreciaba la acumulación de suciedad y las distintas capas de barnices oxidados que afectaban de manera muy significativa a la obra, impidiendo una lectura óptima.
También se podían ver los clavos de hierro que sujetaban el lienzo en el anverso de la película pictórica. Toda la obra se encontraba salpicada por manchas, lo que hace suponer que podría haber estado cerca de velas.
Proyecto de restauración
La restauración se ajusta a los principios de reversibilidad en los tratamientos aplicados. Se han utilizando materiales estables y productos compatibles con la obra sin alterar sus características físicas y estéticas para prevenir y neutralizar cualquier acción degradante.
Desmontaje, protección y fijado de la policromía
En primer lugar, fue necesario eliminar cada uno de los clavos de hierro que sujetaban el lienzo al bastidor por el anverso. Tras separar el lienzo del bastidor y sobre una superficie plana, se empapeló con cola orgánica y papel japonés.
Una vez que el lienzo estuvo empapelado, por medio de presión y calor, se procedió a plancharlo para conseguir que la película pictórica volviera a asentarse sobre el soporte y la preparación.
Tratamiento del soporte
El soporte estaba en perfectas condiciones, no presentando ningún tipo de rotura ni de desgarro. El cuadro está formado por dos lienzos unidos por una costura en sentido vertical, siendo sus medidas de un metro la banda izquierda y de 0,40 cm. la banda derecha. En origen, el tamaño del cuadro fue algo mayor, ya que está recortado en todo su perímetro.
Para poder volver a montar el lienzo se añadieron bandas perimetrales que permiten su correcto atirantado y tensado sobre la estructura del bastidor. El bastidor de pino, formado por un solo travesaño en sentido horizontal, se ha conservado. En los extremos de la cruceta se reforzó con pletinas en forma de T.
También se llevó a cabo la limpieza manual de restos de suciedad en los bordes del lienzo previa a la colocación de bandas perimetrales.
Desempapelado y limpieza de la película pictórica
Tras retirar el papel japonés se comenzó el proceso de limpieza, efectuándose previamente las pertinentes pruebas analíticas y de solubilidad con los disolventes adecuados.
En primer lugar, se retiró la capa de polvo y polución con un jabón aniónico rebajado en agua. Los barnices antiguos y oxidados se retiraron con una mezcla de disolvente y alcohol.
Estucado
El nivelado de las faltas de preparación se realizó en el mismo tono que la original.
Reintegración cromática y protección final
Se aplicaron dos capas de barniz para proteger la película pictórica. La reintegración se realizó con criterio imitativo y diferenciable en las lagunas pequeñas y finalmente se aplicó otra capa protectora de barniz.
En el marco primero se fijó el oro sobre la madera y se sujetaron las piezas decorativas. Se realizó una limpieza tanto de la policromía como del dorado, con una mezcla de jabón y alcohol y una capa de protección.
Con estas intervenciones el lienzo La Inmaculada Concepción de María, de una gran calidad pictórica, ha recuperado su vistosidad original.