Las colecciones históricas del IES San Isidro

El patio principal fue realizado por Melchor de Bueras en 1679, maestro mayor de las Obras reales desde 1690. Este arquitecto es uno de los primeros introductores del Barroco en la Corte de Carlos II.

Espacio emblemático y acogedor, además de ser un lugar para el recreo de los alumnos, es el marco donde se celebran muchas otras actividades como conciertos o conferencias.

Como claustro central, este fue un elemento vertebrador, a través del cual se accedía a muchas instalaciones, a la Biblioteca, a la escalera.

De estilo herreriano, la decoración constituye un testimonio del Barroco ornamental del último tercio del siglo XVII. Tiene forma cuadrada, la planta porticada tiene arcos de medio punto y en sus claves el escudo del Colegio Imperial.

La escalera, construida también por Melchor de Bueras, es otro destacado espacio arquitectónico. En torno a la misma se distribuían las clases. Tras la reforma del edificio en los años 60 quedó abandonada sin utilidad.

En la actualidad acoge la colección que se expone del Museo, con lo que cobra una nueva vida, favoreciendo la cultura y la educación de los alumnos y del público que le visita.

La pequeña capilla, de planta rectangular, sobresale del ala de las escuelas. Ha recibido distintos usos a lo largo del tiempo, como el de Salón de Actos, cuando la institución acogió la Universidad Central. Ha sido utilizada también para impartir clases, tal y como lo cuenta Pío Baroja en el Árbol de la Ciencia. Incluso en su sacristía llegó a establecerse el laboratorio de química, volviendo a su antigua función después de la Guerra Civil.

Actualmente apenas tiene un carácter religioso, empleándose para actividades culturales como conciertos o exposiciones organizadas por el instituto.

Su falta de solidez, desde el inicio de su construcción, implicó continuas reparaciones y reformas. Las últimas, entre 1723 y 1730, dieron lugar a la capilla que ha perdurado hasta nosotros.

La reconstrucción de la bóveda enmamonada fue realizada por Francisco Martín Camuñas y la ornamentación interior estuvo a cargo de Pedro de Rivera. La realización de un nuevo retablo se encargó a Felipe del Ero y José de Bustos, y la decoración pictórica de la bóveda y de las paredes, estas últimas hoy perdidas, por el pintor Juan Delgado.

Juan Delgado, vecino de Madrid, destacó como pintor de frescos. Se conocen pocas pinturas suyas, las más antiguas son los lienzos que realizó para dos retablos de la parroquia de la Santísima Trinidad, en la localidad de Atienza (Guadalajara).

Los frescos de esta capilla, son la única representación que se conserva de su producción artística en Madrid aunque existieron obras suyas, como las pinturas de la Ermita de la Virgen del Puerto, perdidas en la Guerra Civil.

Las pinturas murales de la bóveda las realizó entre 1724 y 1726. De estilo barroco, el conjunto, tanto por su calidad y magnitud, pasa por ser uno de los más importantes de la Comunidad de Madrid.

Presenta arquitecturas fingidas que enmarcan un cielo abierto donde se desarrolla un pasaje del Apocalipsis, entremezclándose con motivos vegetales y figurados que representan los santos fundadores de las diferentes órdenes religiosas, los cuatro Evangelistas y personajes mitológicos, entre otros.

Estas pinturas han sido restauradas por la Dirección General de Patrimonio Cultural en distintas fases, desde 2012, siendo la más reciente la intervención de 2025.

La colección expuesta se compone de algo más de 300 piezas y de un voluminoso conjunto documental y bibliográfico.

Se trata de una selección de objetos de las colecciones de materiales históricos del instituto, constituidas por las piezas de los antiguos Gabinetes de Historia Natural y de Física y Química, todas ellas destinadas a la enseñanza.

En paralelo a esta labor, se llevaron a cabo diferentes tareas como el reconocimiento y clasificación científica, revisión de etiquetado antiguo, inventariado y catalogación, fotografiado de piezas, digitalización de fichas, confección de nuevas cartelas.

Todo esto fue posible, gracias a la colaboración de profesores, que despertaron la curiosidad entre sus alumnos para que se interesasen por la protección, conservación y uso del patrimonio histórico-educativo de sus institutos, y, también de instituciones como, la UNED (departamento de Historia de la Ciencia y Educación), el proyecto CEIMES de la Comunidad de Madrid, la Escuela Superior de Restauración de Madrid, el Real Jardín Botánico de Madrid, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Museo Geominero y la Biblioteca Nacional.

La entrada se realiza por la planta baja de la escalera dando paso a una recreación de un aula antigua. En este primer marco espacial, también se exponen expedientes, exámenes y trabajos de alumnos célebres, material escolar como libros, manuales, material documental y bibliográfico relacionado con la historia del instituto y libros publicados por profesores célebres.

Dado que se trata de un Instituto Histórico, el más antiguo de Madrid, el primer espacio aborda la historia del instituto a través de la historia de la Educación y la evolución de la enseñanza en los últimos siglos, especialmente desde el siglo XIX.

El concepto principal de la exposición es aprovechar la escalera como metáfora del camino ascendente hacia el conocimiento y la sabiduría, mediante el esfuerzo y la superación. El camino es en espiral hacia arriba, no línea recta, alrededor de un eje que apunta hacia el cielo.

Al ir subiendo por la escalera se va avanzando por diferentes ramas de la ciencia, comenzando por la Geografía y después la Física, la Geología, la Botánica, la Zoología y la Medicina. En el último piso se encuentra el apartado dedicado al hombre, coronando el recorrido, como punto final de la metáfora del ascenso hacia la sabiduría, y, proyectando la idea antropocéntrica de la creación que ha pervivido en los libros de texto hasta hace bien poco tiempo.

Para el montaje expositivo se han utilizado vitrinas reutilizadas, que traen a la memoria las antiguas cámaras de maravillas naturales propias del siglo XIX.

Un gabinete fundamental en la enseñanza fue el de Física y Química. El del Instituto de San Isidro estaba dotado en su momento de centenares de aparatos científicos técnicos.

Buena parte de ellos fueron cedidos, en depósito, para su cuidado y restauración, al Ministerio de Cultura en 1985. Posteriormente, en el año 1998, pasaron a integrar los fondos del recién creado Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.

En la actualidad se expone una pequeña muestra del instrumental con el que contó el instituto. Creados con un fin educativo, todos ellos fueron utilizados como herramientas didácticas, para uso de alumnos y profesores. Su variedad es enorme, desde gramófonos, microscopios, cámaras fotográficas, magnetófonos, botamen, probetas, placas epidoscópicas de vidrio y aparatos para su proyección.

El Gabinete de Historia Natural abarcaba las disciplinas de Zoología, Biología, Geología, Agricultura, Botánica, Paleontología y Prehistoria.

Estaba dotado de distintas especies de animales vertebrados e invertebrados, mamíferos, anfibios, peces, reptiles, aves, crustáceos, moluscos, insectos y vegetales como plantas, semillas, fósiles, minerales y rocas. Tambén cuenta con material lítico prehistórico con herramientas como bifaces o hachas de sílex.

Además, se conservan especies naturalizadas en formol, esqueletos, modelos didácticos, y la colección de láminas según la clasificación de G. Cuvier del siglo XIX junto a otras estampas explicativas de la época.

Destaca una notable colección de aproximadamente 800 animales naturalizados, varios del taller de los hermanos Benedito Vives. Muchos de estos animales proceden de la Casa de Fieras y de expediciones y donaciones de particulares.

Son comunes los especímenes raros y exóticos, como una cabra siamesa, dos linces ibéricos, un ornitorrinco, un equidna, una colección de primates, todas las rapaces ibéricas y una estupenda colección de peces. Algunos cuelgan de la pared, sobre un árbol de la vida.

La colección de modelos anatómicos realizados en papel maché, obra del Doctor Louis Thomas Jérôme Auzoux (1797-1880), es de las más importantes de España. Sus modelos, reconocidos internacionalmente, fueron exportados al mundo entero durante ciento cincuenta años.

Cabe destacar un hombre clástico a escala natural, adquirido a mediados del siglo XIX. Se exhibe en una vitrina de época en madera de color blanco, al final de la escalera. Estos modelos son desmontables, y cada una de las partes está identificada con un número y una cartela que describen la parte representada.

Entre el resto de modelos didácticos podemos encontrar un salmón, una cabeza de serpiente, una serpiente completa, un gusano de seda, un escarabajo, una polilla, una sanguijuela, un pavo, un ojo humano, algunos otros modelos de órganos humanos y unas treinta maquetas vegetales. 

Preside el altar de la capilla un lienzo atribuido al taller de Juan Carreño de Miranda, pintor de estilo barroco, adscrito a la escuela madrileña.

Esta obra muestra un tipo muy personal de Inmaculada Concepción que cultiva en repetidas versiones. La Virgen frontal, con un amplio perfil romboidal, es casi siempre de modelo pleno, nada infantil. A pesar del revuelo de los ángeles niños y del movimiento de su manto, produce una sensación de equilibrio y majestad muy distinta a la practicada por otros pintores madrileños, Antolínez, Escalante o Solís, que también trataron esta temática.

Esta obra había sido restaurada a mediados del siglo pasado, transformando sus dimensiones y añadiéndole un lienzo, por la parte superior, en forma de arco de medio punto, con la intención de ocupar de forma completa el hueco del altar. La restauración que se llevó acabo en 2013 recuperó su forma rectangular.

El paso del tiempo y el uso de estas colecciones pedagógicas por generaciones de alumnos han hecho que algunas de ellas hayan llegado hasta nosotros deterioradas.

Con la puesta en marcha del Museo IES San Isidro, parte de esos materiales pudieron ser expuestos gracias a las labores de limpieza y conservación que, durante los recreos, realizaron los alumnos en el laboratorio de Biología y Geología.

La Comunidad de Madrid, además, ha llevado a cabo intervenciones específicas con equipos especializados en restauración en algunos modelos didácticos y anatómicos como el hombre clástico.

En 2024 se han intervenido los lienzos  «Alegoría de la ciencia y Cristo en Casa de Marta y María» (siglo XVII)  y «Director de Instituto» (siglo XIX), ubicados en la capilla y en la sala de profesores del instituto, respectivamente.

Puedes conocer más detalles de esta intervención en el siguiente enlace: Restauración de dos lienzos del IES San Isidro.