Restauración de corona y espada del Museo Enográfico Casa del Tío Breva
Piezas del museo ubicado en el municipio de Villamanta
La corona de la Virgen llegó al Museo Etnográfico Casa del Tío Breva procedente de una donación de un particular, que la había encontrado enterrada cerca del cementerio. Por su parte, la espada, también donada al museo, había sido hallada en los trabajos de construcción de una casa dentro del casco urbano de Villamanta. Ambas piezas vinculadas a la Historia del municipio, que estaban gravemente deterioradas, han sido objeto de trabajos de restauración para evitar su pérdida y olvido.
Estado de conservación de la corona
El modelo de la corona es el denominado «Corona imperial», del que existen muchas variantes en cuanto a tipologías, materiales de fabricación, detalles de ornamentación y acabados. En este caso, la pieza restaurada es muy similar a la corona que portaba la Virgen de la ermita de Nuestra Señora del Socorro, Patrona de Villamanta, a principios de siglo. La corona de plata y base circular, presenta decoración imitando diamantes o piedras preciosas y elementos vegetales. Está rematada con una cruz.
La pieza presentaba una gruesa capa de óxido de plata, principalmente en las superficies más rugosas y en determinadas zonas se apreciaban algunos tonos ocre y rojizo, bajo la capa de óxido. También se observaba un color oscuro, producto de la mineralización del metal y de la alta corrosión que había sufrido por estar enterrada durante muchos años. El interior de la pieza, sin embargo, conservaba una pátina más uniforme, encontrándose el metal en mejor estado, al estar menos expuesto.
Estructuralmente la corona presentaba bastantes deformaciones, sobre todo en el aro de la base y en algunos de los gajos o imperiales que se encontraban abollados y muy deformados. La pieza había sufrido la pérdida de algunos de los motivos decorativos que la adornaban, como la parte superior de la cruz y dos adornos vegetales en forma de racimo que estaban situados en la base.
Restauración de la corona
Una vez trasladada la corona al taller del restaurador, se procedió a su documentación fotográfica, así como a la toma de muestras, tanto del metal como de la capa de óxido y restos de la policromía, de los que se realizaron los correspondientes análisis para determinar los tratamientos más adecuados:
- Cepillado con brocha suave para eliminar la suciedad superficial poco adherida y los restos de tierra.
- Eliminación de la capa de óxido con una mezcla de alcohol y acetona. Mediante un hisopo humedecido en la mezcla se consiguió ablandar levemente la capa de óxido y con la ayuda de un lápiz goma suave también se fueron rebajando las zonas de sulfatos de mayor grosor.
- Una vez terminada la limpieza se llevó a cabo el secado y desengrasado mediante alcohol y la aplicación de una capa de protección.
- A continuación, sin dejar que se secase, se introdujo la corona en una campana de vacío, para asegurar la penetración de la protección por todas las zonas especialmente en las micropicaduras, que aparecían en algunas zonas.
- Para finalizar la protección se utilizó cera micro cristalina aplicada mediante un pequeño pincel, para poder acceder a los pliegues más pequeños. Con la ayuda de un hisopo se extendió y se retiró el exceso de cera que había quedado, con el fin de conseguir un acabado uniforme y una apariencia equilibrada.
Estado de conservación de la espada
El modelo de la espada, fabricada en hierro y cobre con la técnica del forjado, está bastante documentado, ya que su uso fue muy común en el siglo XVIII en España. Se trata de una espada de caballería, modelo 1728, también conocida como de «guarnición de boca de caballo».
La Real Orden de 1702 había establecido el modelo estandarizado para todas las espadas de los diversos cuerpos del ejército y en la Real Ordenanza de 12 de julio de 1728 se regula la estructura de este modelo de espada especificando sus partes: «realizada en hierro, provista de dos fuertes gavilanes contravueltos y aro guardamanos. Dos bigotes sujetan la pletina que afianza la doble cazoleta mediante cuatro tornillos. El puño de madera recubierto de torzal de cobre y cuatro barretas sujetas por las virolas, pomo esférico. La hoja recta de dos filos corridos al exterior».
El estado de conservación era muy deficiente ya que estaba totalmente cubierta por una capa de óxido de hierro. En la empuñadura se observaron zonas con concreciones terrosas que deformaban la pieza. La hoja de la espada presentaba un aspecto muy frágil, peligrando su integridad.
El puño, decorado con hilo metálico, presentaba una pátina de óxido diferente al resto de la pieza, se trata de un hilo de cobre trenzado con restos de plata dorada. En su interior se conservaban restos de madera que en su origen daban forma al mango.
Restauración de la pieza
En el estudio de restauración se procedió a documentar fotográficamente la espada, así como su análisis, con la correspondiente toma de muestras. Los tratamientos realizados fueron:
- Limpieza: primero en seco para eliminar el polvo y luego con una mezcla de alcohol y acetona al 50% para eliminar restos de tierra más adheridos.
- Secado: Se utilizó un secador para evitar calentar demasiado la zona del puño donde se localizaron los restos de madera.
- Inhibición: Se realizó por separado, empleándose un tratamiento específico para el hierro y otro para el cobre. Los restos de madera localizados son tratados con una protección especial para la misma.
- Protección: Se aplicaron dos capas de protección de Paraloid en acetona por la superficie de hierro de la espada, incidiendo en los pequeños orificios y uniones de unas piezas con otras. Posteriormente se protegió el resto de la pieza con cera microcristalina hasta conseguir un resultado uniforme que mejoró considerablemente la estructura y la apariencia de la espada.
Ficha técnica
- Datación:
Corona: siglos XIX-XX
Espada: siglos XVIII
- Autor:
Anónimo