Exposición virtual sobre las colecciones históricas del I.E.S. Cardenal Cisneros
Un recorrido por los espacios y colecciones científicas que aún se conservan en esta histórica institución educativa
El Instituto Cardenal Cisneros, es un centro docente público de educación secundaria dependiente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Fundando en 1845, es uno de los seis institutos históricos, junto con el de San Isidro, pionero en aplicar la reorganización de los estudios de Secundaria conforme al Plan de José Pidal de 1845 y, posteriormente, la ley Moyano de 1857.
Desde sus orígenes estuvo vinculado a la Universidad de Alcalá de Henares, predecesora de la Universidad Central. Nace con el nombre de Instituto de Noviciado, al compartir espacios con la sede de esta última, edificada sobre el solar del antiguo Noviciado de Jesuitas de la calle de San Bernardo. El nombre del Cardenal Cisneros se adoptó en 1877, en honor del fundador de la Universidad alcalaína, una vez que contó con edificio propio, anejo pero independiente, se sitúa en la calle Reyes, 4, junto a la Gran Vía.
Como todo instituto histórico destaca por su antigüedad, su patrimonio arquitectónico, cultural y científico, su legado bibliográfico y por las personalidades que en él han dado o recibido clases, algunas de las más destacados de la historia, política, ciencia y cultura, entre otros, Ramón Menéndez Pidal, María Elena Gómez Moreno, José Luis López Aranguren, Julián Marías; Fernando Fernán Gómez, Manuel Azaña, José Antonio Primo de Rivera, Eduardo Dato, Clara Campoamor, Victoria Kent, los hermanos Manuel y Antonio Machado, Jorge Semprún, José Luis Garci, militares como Manuel Gutiérrez Mellado; o empresarios como Santiago Bernabéu.
SECCIÓN 1: El edificio
Proyectado por el arquitecto Francisco Jareño y Alarcón (1818-1892) autor de otros edificios emblemáticos de la capital, como la Biblioteca Nacional o el Hospital del Niño Jesús. Se realizó entre 1877 y 1888. La construcción pretendía asumir el papel de catedral del saber laico, un espacio en el que el Estado pudiera asumir el papel formador que el Plan Pidal de 1845, le había atribuido. El edificio, conservado hoy en día en su estado original, presenta una estructura arquitectónica en tres plantas con crujía de 63 metros de largo, a la que se le adosa un cubo de 21 metros de altura que alberga la escalera principal. En el piso superior, amplios corredores articulan la circulación de los alumnos. Los grandes ventanales permiten un aprovechamiento óptimo de la luz natural y facilitan la ventilación. La edificación se completaba con espacios exteriores: un patio de recreo y un jardín botánico.
SECCIÓN 2: El Gabinete de Historia Natural y el Laboratorio de Ciencias Naturales
El Gabinete de Historia Natural y el Laboratorio de Ciencias Naturales, permiten realizar un recorrido completo por los cambios metodológicos acontecidos en las enseñanzas de estas disciplinas en los últimos 160 años.
El Gabinete de Historia Natural fue fundado en 1848 a partir de un conjunto de materiales y objetos legado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Su promotor fue el catedrático Manuel M. J. de Galdo López de Neira. Desde entonces la colección ha ido creciendo y conformándose a las necesidades asociadas a la docencia de dicha materia, en la actualidad cuenta con una ingente cantidad de objetos y ejemplares de zoología, botánica y mineralogía, así como de material didáctico e ilustrativo.
La labor de renovación pedagógica iniciada por el catedrático Celso Arévalo, en 1918, siguiendo los cambios metodológicos que en la enseñanza de las ciencias se estaban produciendo en Europa, se materializa en la construcción del Laboratorio de Ciencias Naturales en 1920.
SECCIÓN 3: El legado patrimonial
El instituto cuenta con un rico legado patrimonial. Atesorado desde su creación, ha llegado hasta nosotros gracias al interés y cuidado de generaciones precedentes de responsables y alumnos.
En la actualidad, a sus valores científico y pedagógico, se une el valor cultural. En tiempos de cambios continuos, políticos, económicos, sociales, en la era de la tecnología, el pasado tiene un valor principal en la identidad personal y colectiva de las personas y las sociedades, es por ello que la importancia de este patrimonio se refuerza mediante la visión histórica que ofrece.
Hoy, su necesaria puesta en valor, implica actuaciones precisas de catalogación y restauración de este material que permita su preservación para el futuro. Ello está siendo posible mediante la colaboración y apoyo desinteresado de instituciones y profesionales de diferentes ámbitos, expertos y conservadores de los museos de Ciencias Naturales y Geo-Minero, Facultad de Biología de la Universidad Complutense, Biblioteca Nacional, Universidad M. Curie de Paris, Instituto de Historia del CSIC, proyecto CEIMES (al que se debe parte de los textos de esta presentación), la Escuela Superior de Restauración y la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.