Cáncer de próstata
El carcinoma de próstata es predominantemente un tumor que se presenta en hombres mayores, frecuentemente responde a tratamiento aun cuando está generalizado y puede curarse cuando está localizado en un porcentaje importante. El crecimiento tumoral varía de muy lento a moderadamente rápido y algunos enfermos tienen una supervivencia muy prolongada después de haber hecho metástasis a distancia, como al hueso.
Aspectos básicos
¿Qué es?
Se trata de un tumor maligno que se desarrolla en la glándula prostática. Consiste en un crecimiento descontrolado de las células prostáticas. Esto hace entre otras cosas, que la próstata por su situación, presione sobre la vejiga y la uretra impidiendo la salida normal de la orina.
La próstata es una glándula que pertenece al sistema reproductor masculino. Está localizada justo debajo de la vejiga (el órgano que recoge y elimina la orina) y delante del recto (la parte inferior del intestino). Su tamaño es como el de una nuez y rodea una parte de la uretra (el tubo que conduce la orina al exterior desde la vejiga). La glándula prostática produce un fluido blanquecino que forma parte del semen.
El cáncer de próstata es el segundo tumor más frecuente en hombres, por detrás del cáncer de pulmón. En todo el mundo se diagnostican unos 700.000 nuevos casos al año, lo que representa el 11,7% de todos los tumores masculinos.
En España se detectan unos 15.000 casos anuales, lo que supone casi el 14% de todos los tumores en hombres. Anualmente se producen en nuestro país alrededor de 6.000 muertes por este diagnóstico (el 10% de todos los fallecimientos por cáncer entre varones). En comparación con otros países desarrollados, la tasa española es baja (36 nuevos casos por cada 100.000 habitantes), pero la enfermedad muestra una tendencia al alza desde la década de los 90.
A nivel mundial, mientras que en los países en vías de desarrollo es el sexto tumor más habitual (por detrás del cáncer de pulmón, estómago, hígado, esófago y colon), en los países desarrollados su frecuencia ha aumentado muy rápidamente en la última década, probablemente por el diagnóstico precoz, y en muchos países es el primero en frecuencia entre los hombres, muy por delante del cáncer de pulmón (Norteamérica, Australia y Europa del Norte principalmente).
Las tasas de supervivencia indican que, en el mundo occidental, el 92% de los varones diagnosticados sobrevive al menos cinco años después de su diagnóstico; y el 67% supera los 10 años. El pronóstico de la enfermedad mejora cuando se detecta a tiempo, y se calcula que un 58% de los tumores se diagnostica en esta fase aún localizada.
Causas
No se conocen las causas exactas del cáncer de próstata. Los médicos rara vez pueden explicar por qué un hombre sí padece cáncer de próstata y otro no. Sin embargo, sabemos que el cáncer de próstata no es contagioso. A nadie se le puede "pegar" esta enfermedad de otra persona.
La investigación clínica ha mostrado que hombres con ciertos factores de riesgo tienen más probabilidad que otros de padecer cáncer de próstata. Un factor de riesgo es algo que puede aumentar la posibilidad de que se presente una enfermedad.
Los estudios clínicos han encontrado los siguientes factores de riesgo:
La edad es el factor de riesgo principal de cáncer de próstata. La probabilidad de tener cáncer de próstata es muy rara antes de los 40 años, pero aumenta considerablemente a partir de los 50. Más del 80% se diagnostica en hombres mayores de 65 años. Antecedentes familiares: El riesgo de un hombre es mayor si su padre o hermano tuvo esta enfermedad.
El riesgo de un hombre es mayor si su padre o hermano tuvo esta enfermedad.
El cáncer de próstata es más común en hombres de raza negra afroamericanos que en hombres blancos, incluyendo hombres blancos hispanos. Es menos común en hombres asiáticos o en indígenas.
Es más común en América del Norte y en Europa Noroccidental y menos frecuente en Asia, África, América Central y América del Sur.
Los hombres que tienen células llamadas neoplasia intraepitelial prostática de alto grado (prostatic intraepithelial neoplasia, PIN, en inglés), pueden tener un riesgo mayor de padecer cáncer de próstata. Estas células de la próstata se ven anormales al microscopio.
Algunos estudios sugieren que los hombres que tienen una ingesta diaria alta en grasa animal o carne pueden tener un riesgo mayor de presentar cáncer de próstata. Los hombres que comen una dieta rica en frutas y verduras pueden tener un riesgo menor.
Muchos de estos factores de riesgo pueden evitarse. Otros, como los antecedentes familiares no. Mantener un régimen de vida sana evitando los factores de riesgo conocidos siempre que esto sea posible, puede ser un factor de protección.
Algunos trabajos científicos han estudiado si la hiperplasia benigna prostática (HBP), la obesidad, el fumar, los virus transmitidos sexualmente o la falta de ejercicio pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata. Por ahora, estos no son factores claros de riesgo. Asimismo, la mayoría de los estudios no han encontrado un riesgo mayor de cáncer de próstata entre los hombres que se han realizado una vasectomía. La vasectomía es una cirugía que corta o liga los tubos que conducen los espermatozoides fuera de los testículos.
Es importante recordar que muchos hombres que tienen factores de riesgo conocidos no padecen cáncer de próstata. Por otra parte, muchos otros que sí padecen la enfermedad no tienen ninguno de estos factores de riesgo, con excepción del envejecimiento.
Si usted cree que presenta algún riesgo de padecer cáncer de próstata, puede consultar con su médico, estableciendo y marcando un plan de exámenes programados si ambos están de acuerdo y de verdad existe riesgo personal aumentado.
¿Cómo detectarlo?
El proceso diagnóstico consta de una serie de fases: tacto rectal, determinación de los niveles en sangre de PSA, ecografía transrectal y biopsia.
Consiste en un examen del recto mediante el cual el médico inserta un dedo dentro de un guante lubricado en el recto y palpa la próstata a través de la pared rectal en busca de nódulos o áreas anormales.
Prueba de laboratorio que mide las concentraciones de este marcador en sangre. Es una sustancia producida específicamente por la próstata que se puede encontrar en mayor cantidad en la sangre de los hombres que tienen cáncer de la próstata. Sin embargo, la concentración de PSA también se puede elevar en una infección o una inflamación de la próstata como la hiperplasia prostática benigna (aumento de tamaño de la próstata de origen no canceroso).
Procedimiento que consiste en insertar en el recto una sonda para examinar la próstata, y que tiene aproximadamente el tamaño de un dedo. La sonda se utiliza para hacer rebotar ondas de sonido de alta energía contra los tejidos internos de la próstata (ecografía) y crear ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos corporales. La ecografía transrectal también se puede usar para realizar una biopsia y analizar en profundidad aquellas zonas morfológicamente sospechosas.
Consiste en la extracción de un fragmento de tejido para analizarlo con el microscopio. Este análisis es imprescindible para poder asegurar el diagnóstico de cáncer de próstata.
- Biopsia transrectal: se inserta una aguja fina a través del recto, hasta la próstata. Se guía con una ecografía transrectal.
- Biopsia transperineal: se inserta una aguja fina a través de la piel entre el escroto y el recto hasta la próstata.
Hay varios tipos de cáncer de próstata dependiendo del tipo de célula que lo origine.
La mayoría de los cánceres de próstata son adenocarcinomas (70% de la región periférica, 20% de la zona transicional y 10% de la central).
Otros tipos tumorales menos frecuentes: adenocarcinoma de los ductos prostáticos (a menudo presionan sobre la uretra), adenocarcinomas mucinosos, carcinoma transicional y carcinomas de célula pequeña o neuroendocrinos.
En cuanto al grado histológico (grado de diferenciación celular), la clasificación más empleada es la de Gleason. La puntuación de Gleason varía de 2 hasta 10 y describe la posibilidad de que el tumor se disemine o extienda. Cuanto más baja es la puntuación, menor la probabilidad de diseminación del tumor y el tumor es más diferenciado.
El cáncer de la próstata es una enfermedad que se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada. A medida que los hombres envejecen, la próstata puede agrandarse y bloquear la uretra o la vejiga. Esto puede ocasionar dificultad para orinar o interferir con la función sexual de la erección. El problema se conoce con el nombre de hiperplasia benigna prostática (HBP) que a menudo precisa de la cirugía para corregirlo. Los síntomas de la hiperplasia prostática benigna o de otros problemas que afectan la glándula pueden ser similares a los síntomas del cáncer de la próstata.
Debe consultar a su médico en caso de que se presente cualquiera de los siguientes problemas:
- Disminución del calibre o interrupción del chorro de la orina.
- Aumento de la frecuencia de la micción (especialmente por la noche).
- Dificultad para orinar.
- Dolor o ardor durante la micción (expulsión de la orina).
- Presencia de sangre en la orina o en el semen.
- Dolor en la espalda, las caderas o la pelvis que no desaparece.
- Eyaculación dolorosa.
- Dificultad para tener erecciones.
En las primeras fases, cuando el tumor está limitado a la próstata, puede ser asintomático o acompañarse de síntomas obstructivos leves atribuibles a una hiperplasia benigna (disminución del calibre o interrupción del chorro de orina; aumento de la frecuencia de la micción sobre todo nocturna; dificultad para orinar o escozor durante la micción).
Cuando los tumores son localmente avanzados se acompañan de síntomas obstructivos claros, además puede haber hematuria (sangre en la orina) o signos de infección (estos dos últimos son menos frecuentes).
Cuando se trata de tumores avanzados puede aparecer edema o hinchazón de piernas (debido al crecimiento de ganglios linfáticos regionales), dolores óseos (por extensión tumoral al hueso) e incluso debilidad o pérdida de fuerza en piernas (compresión de la médula espinal).
El cáncer de próstata crece muy lentamente, por esto no varía mucho el índice de supervivencia si se detecta muy pronto y se pone tratamiento, o si se hace algo más tarde, siempre que el tumor no se haya propagado más allá de la glándula.
El diagnóstico precoz del cáncer de próstata se basa en las visitas periódicas al urólogo, el tacto rectal, la determinación de la PSA, la ecografía transrectal y la biopsia. Lo cierto es que la utilidad del diagnóstico precoz del cáncer prostático dista mucho de estar bien demostrado; pues algunos estudios indican que la probabilidad de curarse del cáncer es la misma si lo diagnostica el urólogo antes de que aparezcan los primeros síntomas o algún tiempo después, cuando el paciente consulta por molestias.
El examen rectal digital y la determinación o el análisis de PSA pueden detectar un problema en la próstata, pero no pueden mostrar si el problema es cáncer o una afección menos grave. Su médico utilizara los resultados de estas pruebas para valorar si es necesario hacer más exámenes específicos para buscar evidencia de cáncer. La ecografía transrectal informa del volumen, forma y contenido de la próstata. Si se aprecia algo con posibilidades de ser un tumor, se practica una biopsia mediante la inserción de una aguja, también a través del ano.
Exámenes selectivos de detección precoz
Los exámenes selectivos de detección precoz (cribado) pueden ayudar a detectar y tratar el cáncer en fases más tempranas, lo cual NO significa que los resultados finales se modifiquen. Además, los estudios publicados y bien desarrollados no han demostrado, hasta ahora, que las pruebas de cribado reduzcan el número de muertes por cáncer de próstata, teniendo un riesgo añadido de sobre-diagnóstico y sobre-tratamiento en población que no lo necesita.
Usted debe valorar con su médico los beneficios y posibles riesgos de hacerse pruebas de cribado. La decisión de hacerlas o no hacerlas, como muchas otras decisiones médicas, es totalmente personal y debería decidir después de conocer claramente las ventajas e inconvenientes de los exámenes selectivos de detección precoz, sus implicaciones y sus complicaciones.
Evolución y estadiaje
Pronóstico e historia natural
Sin tratamiento, la supervivencia del cáncer de próstata depende de la edad al diagnóstico, estado general o enfermedades asociadas, grado tumoral y estadio al diagnóstico.
Entre los pacientes no tratados con cáncer de próstata localizado, los que tienen una baja puntuación de Gleason (2-4) tienen muy bajo riesgo de morir de su cáncer en los próximos 15 años (4-7%) independientemente de la edad del paciente en el momento del diagnóstico; sin embargo, los que tienen un tumor indiferenciado con Gleason 8-10, tienen una mayor probabilidad de morir de su cáncer frente a otras posibles causas aunque el diagnóstico sea en edades avanzadas.
Por tanto, ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de "curación") y las opciones de tratamiento.
- El estadio del cáncer (si afecta parte de la próstata, compromete toda la próstata o esta extendido a otras partes del cuerpo).
- La edad y el estado general del paciente.
- Si el diagnóstico de cáncer es primario o se trata de una recidiva
- El pronóstico también depende de la puntuación Gleason y la concentración en sangre del Antígeno Prostático Especifico (PSA).
Estadificación
El proceso que se emplea para definir si el cáncer se ha extendido dentro de la próstata o a otras partes del organismo se llama estadificación.
El cáncer se disemina por el cuerpo de tres maneras:
- Por continuidad, a través del tejido normal que lo rodea.
- A través del sistema linfático. Invade dicho sistema y circula por los vasos linfáticos a otras partes del cuerpo.
- A través de la sangre. Invade las venas y capilares, y circula por la sangre a otras partes del cuerpo.
Tratamiento
El tratamiento presenta menos ventajas a los hombres mayores de 70 años que a otros más jóvenes. Esto es debido a que los más mayores tienen más posibilidades de morir por otra causa que no sea el cáncer dada la lentitud de su evolución natural. Además, estos tratamientos pueden producir impotencia e incontinencia con lo que la forma de vida de los afectados puede deteriorarse gravemente.
Algunos enfermos mayores con cáncer de próstata deciden esperar y vigilar el curso de la enfermedad antes de someterse a algún tratamiento. En muchas ocasiones, el tumor permanece espontáneamente estabilizado durante largos periodos de tiempo. Si la vigilancia es correcta y se actúa pronto en caso de progresión, esta actitud de "ver y esperar" no empeora el pronóstico.
La elección del tratamiento depende de varios factores:
- La probabilidad de que el tumor esté limitado a la glándula prostática y por lo tanto sea potencialmente curable.
- El tamaño tumoral y el grado histológico (grado de agresividad del tumor).
- Edad del paciente y estado general, así como enfermedades asociadas.
- Efectos secundarios de las diferentes formas de tratamiento.
Antes de elegir la mejor opción terapéutica es importante conocer la extensión de la enfermedad, por tanto es aconsejable realizar una evaluación pretratamiento.
Cáncer de próstata localizado
Las opciones de tratamiento para el cáncer de próstata localizado son las siguientes:
Cáncer de próstata avanzado
Aproximadamente un 15-20% de los pacientes con cáncer de próstata se presentan en el momento del diagnóstico en fase avanzada, es decir, el tumor se ha extendido más allá de la glándula invadiendo órganos vecinos por continuidad (cáncer de próstata localmente avanzado) o bien afecta a los ganglios linfáticos regionales (estadio III) e incluso invade otros órganos a distancia (cáncer de próstata metastásico estadio IV). Por otro lado, los pacientes que en una fase inicial presentan tumores localizados, pueden presentar recurrencia o recaída de su enfermedad, tratándose entonces también de una enfermedad avanzada.
Las opciones de tratamiento recomendadas en esta fase incluyen:
- Resección transuretral (RTU) de la próstata.
- Prostatectomía radical.
- RT externa.
- Terapia hormonal basada en supresión androgénica, normalmente en combinación con cirugía y RT.
Cáncer de próstata metastásico
Cuando el cáncer de próstata se ha extendido más allá de la glándula, la deprivación androgénica es la estrategia de tratamiento usualmente recomendada para controlar la enfermedad.
Tratamiento en pacientes con elevación del PSA tras terapia local
Cuando en el seguimiento de pacientes tratados de cáncer de próstata localizado y en fase precoz se detecta una elevación mantenida de los niveles de PSA en sangre en ausencia de síntomas, a menudo con los métodos diagnósticos disponibles no podemos detectar metástasis. Entonces hablamos de recidiva bioquímica.
Esta situación representa una categoría del cáncer de próstata avanzado en la que hemos de tener en cuenta ciertas consideraciones:
- Algunos de estos pacientes todavía pueden ser curables con una terapia local adicional
- El tiempo medio que tarda el tumor en dar signos de enfermedad diseminada (como son las metástasis óseas) es hasta de ocho años y en algunas ocasiones no hay nunca progresión sintomática
- Sin embargo, muchos pacientes aunque están asintomáticos, presentan grandes niveles de ansiedad al ver que los niveles de PSA aumentan progresivamente.
El mejor tratamiento en esta situación depende de varios factores:
- En pacientes que han sido tratados previamente con RT se puede plantear una prostatectomía de rescate si la recaída se limita a la próstata y el crecimiento tumoral no es rápido. El tiempo que tardan los niveles de PSA en multiplicarse x 2 se denomina tiempo de doblamiento del PSA y nos da una idea del crecimiento tumoral. Pues bien, cuando este tiempo de doblamiento es inferior a 3 meses, debemos considerar otras opciones distintas a la cirugía.
- Pacientes tratados inicialmente con cirugía radical pueden ser rescatados de forma efectiva con RT. Sin embargo, el tratamiento local no es el recomendado en la mayoría de los casos debido a la alta probabilidad de que el tumor se haya extendido más allá de la próstata aunque no podamos detectarlo con los métodos diagnósticos disponibles.
- Para pacientes no candidatos a cirugía o RT nos quedan dos opciones: terapia hormonal (basado en deprivación androgénica) o bien observación.
Seguimiento y cuidados
El conocer que usted padece cáncer de próstata puede cambiar su vida y las vidas de quienes están a su alrededor. Estos cambios pueden ser difíciles de manejar. Es normal que usted, familia y amigos tengan sentimientos diferentes y a veces confusos.
Es totalmente normal que se preocupe de atender a su familia, de conservar su trabajo o de continuar sus actividades diarias. Además de los problemas relacionados con los tratamientos y el control de los efectos secundarios, así como de los posibles ingresos. Los médicos, el personal de enfermería y otros miembros del equipo responderán a sus preguntas sobre el tratamiento, su trabajo u otras actividades. El consultar con un psicólogo o un miembro de su iglesia puede ser útil si usted necesita hablar sobre sus sentimientos o preocupaciones. Con frecuencia, un trabajador social puede sugerir recursos para obtener ayuda económica, transporte, cuidados en casa.
Quizás usted y su pareja se pregunten sobre los efectos del cáncer de próstata en sus relaciones sexuales. Es importante hablar con su médico sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento (impotencia o disminución del deseo sexual) y de la posibilidad de que estos sean duraderos. Vosotros podéis encontrar alivio simplemente al compartir y plantear vuestras preocupaciones. Recordar que existen formas de intimidad diferentes durante y después del tratamiento. De todas formas algunas parejas, precisan ayuda de un consejero sexual.