BLANCA BAZACO, AUTORA DEL REPORTAJE, PARTICIPÓ CON LA PONENCIA 'OTRO ARCHIVO ES POSIBLE'.
Entre el 20 y el 25 de octubre ha tenido lugar la Conferencia Anual del Consejo Internacional de Archivos (CIA), titulada Designing the Archives, en la que la Comunidad de Madrid ha estado muy presente con la participación de Blanca Bazaco Palacios, Jefa de Unidad de Referencias y Atención al Usuario del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, que ha presentado la conferencia 'Otro Archivo es posible', y con la presencia del Subdirector General de Archivos y Gestión Documental, Javier Díez Llamazares.
8 noviembre 2019
Si el año pasado fue África la anfitriona de este evento internacional, marcado en los calendarios profesionales de toda la comunidad archivística, este año le ha tocado el relevo a otro continente aún más remoto, al menos para nosotros, Oceanía. Concretamente, ha tenido lugar en Adelaida, Australia, país puntero desde hace años en la construcción archivística.


A la Conferencia, han acudido más de 700 congresistas de, al menos, 34 nacionalidades diferentes. Para acoger tamaño volumen de profesionales, se ha destinado, además de instituciones académicas y culturales como la Universidad de Adelaida y el Museo de Arte, un estadio de cricket, que viene a ser el equivalente en nuestras latitudes a un estadio de fútbol.

La Conferencia ha estado muy marcada por las tendencias que marcan precisamente esta teoría archivística australiana, la llamada postcustodial. Por ello, los archivos y las políticas archivísticas que están generalmente en los márgenes, han ocupado el lugar central.
Muestra de ello han sido ponencias que versaban sobre el enfoque de género y raza a la hora de seleccionar los documentos; el tratamiento alternativo a series documentales como los Expedientes de tutelas de menores, en los que están participando las propias personas tuteladas; qué hacer con documentos incómodos, en los que se discrimina a una persona por el color de su piel; o el tratamiento del presente a través de tweets, big data e inteligencia artificial.

También, han tenido una presencia muy marcada las comunidades minoritarias, particularmente los pueblos aborígenes, lo cual no deja de ser chocante cuando sólo suponen el 3,3% de la población total australiana a día de hoy.

La ponencia llevada desde el Archivo Regional, titulada 'Otro Archivo es posible', ha estado englobada dentro de este espacio liminal, al versar sobre los archivos con materiales especiales generados como consecuencia de hechos en los que ciudadanía, y no la Administración, es la protagonista, como pueden ser el Archivo 15M o el Archivo del Duelo.

Aunque podía llegar a haber cinco sesiones paralelas a un tiempo, cuya información estaba continuamente actualizada a través de una aplicación (nada de papel en esta Conferencia), gran parte del trabajo se hace en el coffee break, momento clave para acercarse a quien ha hecho una presentación interesante y establecer redes.
Una muestra es que se ha creado un vínculo entre la siempre beligerante Sección de Archivos y Derechos Humanos con otra Sección controvertida, Shared Heritage, de Patrimonio Compartido. Controvertida porque su nombre levanta ampollas en países antiguamente colonizados, que ven cómo sus documentos fundacionales se custodian en las antiguas metrópolis, y se preguntan por el término “compartido”.


También, son de sumo provecho las reuniones de las Secciones. Ahí, se tratan temas como el del Registro de la Memoria del Mundo. Es este un proyecto en el que durante mucho tiempo el CIA se negó a participar, ya que en sus inicios sólo se podían inscribir documentos y se argumentaba desde el Consejo que los archivos precisan de un contexto. Ahora, se debaten cuestiones de fuertes consecuencias como el caso de Japón, que amenaza con dejar la UNESCO (y llevarse su gran contribución económica) si se inscriben los documentos de las llamadas Comfort Women, mujeres esclavizadas sexualmente para las tropas japonesas durante la guerra con Corea. Una vez más, comprobamos que los fondos documentales no son neutros.
Otro caso que se trató es cómo intervenir en proyectos como el WAPIS de la Interpol, creado para digitalizar los fondos policiales de 16 países de África Occidental, que los colectivos profesionales aplauden, pero se preguntan que quién está gestionando esto y qué va a pasar con los originales después de la digitalización.
Uno de los momentos estelares de la Conferencia Anual es la Asamblea General. Aunque parezca que acude menos gente de la que está en el Congreso, la razón es patente. Y es que el CIA está formado por miembros de diferentes categorías, con un número de votos asignados: la categoría A, para los representantes de Archivos Nacionales, 4 votos; la categoría B, con representantes de las Asociaciones profesionales, 2 votos; y la categoría C, con representantes de instituciones educativas, 1 voto. Los miembros individuales, de categoría D, no tienen voto…

Esta situación se podría revertir, ya que precisamente este año se ha discutido la posibilidad de otorgar capacidad de voto a los miembros D. Ello supondría un cambio en el balance del poder en el Consejo de Archivos. No lo suficiente, no obstante, ya que la en apariencia sencilla condición de pagar en euros es un obstáculo insalvable para muchos compañeros de otras nacionalidades. Y, quizás, una de las razones por la que la mayoría de los miembros, sobre todo en los puestos de poder, respondan a la categoría de varones blancos occidentales y de una cierta edad. Problema que se intenta paliar con el programa de Nuevos Profesionales.


Para que otro archivo sea posible, los Archivos de la Comunidad de Madrid deberán seguir estando presentes de manera activa. Próximo año, Abu Dhabi.

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'Otro Archivo es posible' (diapositivas) |
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Texto en inglés |