LA CONSEJERA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE INAUGURÓ ESTA MUESTRA Y REALIZÓ UNA VISITA A LOS TALLERES DEL ARCHIVO REGIONAL.
La Consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera, ha inaugurado la exposición 'Oficios de antaño. Testigos de una sociedad perdida' con la que los Archivos de la Comunidad de Madrid ponen en marcha un nuevo espacio expositivo: ‘ZonaZero – ExpoArchivos’. Esta propuesta nace con el objetivo de avanzar un paso más en la difusión del rico patrimonio documental madrileño y ponerlo al alcance de todos de forma gratuita.
4 marzo 2022
Marta Rivera ha visitado los Archivos de la Comunidad con el objetivo de conocer algunos de los trabajos y tareas que se realizan para la restauración, conservación y difusión del Patrimonio Documental Madrileño. Con este objetivo, realizó un recorrido por los talleres de restauración y digitalización, donde pudo ver ejemplos concretos del trabajo que se realiza con los documentos para que puedan cumplir con su objetivo último: la puesta a disposición de los ciudadanos.
Marta Rivera pudo ver el trabajo realizado en los talleres de restauración en documentos pertenecientes al Archivo Histórico de Protocolos sobre los que se ha realizado una actuación por presentar gran deterioro al haber sufrido la acción del fuego.
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En los talleres de digitalización, Marta Rivera conoció el proceso realizado para la digitalización de diferentes tipos de formatos. |
A continuación, la Consejera inauguró la nueva exposición con la que se inaugura ‘ZonaZero – ExpoArchivos’, un nuevo espacio expositivo permanente en el hall principal del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid a disposición de todos los ciudadanos que quieran acercarse hasta sus instalaciones. ‘Oficios de antaño. Testigos de una sociedad perdida’ es la primera de las muestras, que podrá verse en este área y con la que, a través de 70 imágenes y 12 destacados documentos pertenecientes todos ellos al Archivo Regional y al Archivo Histórico de Protocolos, se realiza un recorrido por las profesiones que existieron en Madrid desde 1577 hasta mediados del siglo XX. A través del Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid, pueden verse el catálogo y exposición virtual realizados a partir de esta muestra, que contienen todas las imágenes y documentos de la exposición permanente y otros que se han incorporado para completar aún más el recorrido expositivo.
Esta exposición se completa con cientos de imágenes de oficios que pueden verse en un monitor instalado en la sala.
Retrato costumbrista
Los fondos documentales de los Archivos de la Comunidad de Madrid construyen el retrato costumbrista de una sociedad perdida a través de las fotografías de los fondos Martín Santos Yubero y Nicolás Muller y de la colección ‘Madrileños’. Pero, también, con otros testimonios escritos procedentes de los protocolos notariales, del Fondo Eugenio Díaz o de la colección Monasterio de las Descalzas Reales.
Martín Santos Yubero, fotorreportero indispensable del Madrid del siglo XX, recorrió sus calles retratando con sagacidad y avidez a la gran variedad de tipos que las poblaban; desde inocentes y anónimos transeúntes a quienes se ganaban la vida con los oficios que protagonizan esta muestra. Todos forman parte de un casticismo perdido, de unas escenas irrepetibles donde encontramos una variedad de profesiones cuya presencia hoy es sólo residual, pero que se conservan intactas en la memoria de toda una generación. El cine, la televisión y la literatura se han encargado de ello. ¿Quién no recuerda a los serenos, a los faroleros, a los cobradores del autobús, a los guardagujas del tranvía, a los fogoneros del tren o a los populares pregoneros? Algunos de ellos aparecen ya modernizados, como el sereno en bicicleta (1954) o una de las primeras cobradoras de autobús en Madrid (1955), que dejan entrever un atisbo de apertura a los nuevos tiempos y nos asoman también a esas primeras profesiones ‘modernas’ a las que las mujeres se incorporaron con entusiasmo y nuevas capacitaciones.
1968. Campeonato internacional de estenotipistas.
ARCM. Fondo Martín Santos Yubero.
Signatura 026105/004.
Por su parte, las imágenes de Nicolás Muller aportan a esta exposición la mirada social y comprometida de uno de los artistas más brillantes de su generación. Su obra añade una percepción diferente a la de Yubero, más intimista y conceptual, pero también con un gran contenido humano donde cobran una especial relevancia el mundo rural y sus gentes, tal y como vemos en diferentes fotografías sobre el campo español que nos muestran la recogida de la aceituna en Jaén (1967) o el pisado de la uva en Jerez de la Frontera (Cádiz, 1957). Muller también es un espectador atento de las calles de grandes ciudades como Madrid o Barcelona y nos regala instantes especiales como el protagonizado por unos limpiabotas y sus clientes a la salida del metro en Las Ramblas (1950 – 1960) o al fotógrafo minutero, tan de moda en la época, preparado para retratar a su cliente en una céntrica calle de la capital (1950).
1950. Fotógrafo minutero en el centro de Madrid.
ARCM. Fondo Nicolás Muller.
Signatura 117500/005.
La colección ‘Madrileños’ añade una tercera visión a ‘Oficios de antaño’: la del pueblo vista por el propio pueblo. Este conjunto fotográfico surgió de un proyecto llevado a cabo por la Comunidad de Madrid en el año 2007 para la recogida de fotos realizadas y aportadas por los ciudadanos, fotos de sus álbumes familiares, que abarcan desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Precisamente, la autoría de las fotografías es la que confiere a cada una de las instantáneas de esta colección una visión tan personal, fresca y desenfadada. Así, los diferentes personajes que aparecen retratados, como el pequeño limpiabotas de San Lorenzo de El Escorial, el guarda del Retiro –ambas de 1950– o el afilador del barrio de Salamanca (1964) cobran un protagonismo entrañable, quedando prendidas a ese lugar de nuestro cerebro que guarda los instantes que nunca olvidamos.
Oficios centenarios
Y, complementando a los fondos fotográficos, esta exposición nos muestra una extraordinaria selección de documentos textuales procedentes de fondos del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y de las escrituras notariales que componen los tomos custodiados en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Testimonios escritos como las Ordenanzas de los Cinco Gremios Mayores de Madrid (1763) nos muestran cómo se realizaba el trabajo en la Edad Moderna bajo la organización gremial; otros como las Ordenanzas del Gremio de Maestros de Hacer Coches (1666), regulaban todo lo relativo al oficio de hacer coches, desde cómo el maestro tuvo primero que ser aprendiz y oficial hasta la prohibición de fabricar coches sin el examen y aprobación de los maestros del gremio.
1763. Ordenanzas de los Cinco Gremios Mayores de Madrid.
AHPM. T. 19103, f. 505r-524v.
Especialmente relevante en esta exposición es una Real Cédula de Carlos II en la que se detallan, para el conjunto de los territorios españoles, todos los géneros y mercaderías y el precio que debían tener. Este documento resulta de gran interés porque realiza una pormenorizada relación de los oficios existentes a finales del siglo XVII en la Villa y Corte.
También muy interesantes son dos documentos relacionados con el oficio de organista, ya que esta profesión tuvo en el pasado una especial relevancia en una doble vertiente. Por un lado, como transmisor del mensaje religioso y, por otro, como difusor de la cultura. Así, el primero de los documentos que encontramos está protagonizado por un monarca, Felipe II, y en él se establecen las directrices para el funcionamiento del Monasterio de las Descalzas Reales, incluyéndose expresamente “que aya un organista que sea diestro y hábil para esse officio”. Por su parte, otro documento de 1610 describe el diseño del órgano para el Monasterio de la Concepción de Madrid por el que se pagaron “cien ducados”.
Marta Rivera observó con atención los documentos centenarios expuestos en esta muestra.
Los documentos textuales nos muestran lo importante que llegó a ser el oficio de sereno ya en el siglo XIX, tal y como vemos en un expediente perteneciente al fondo histórico del Archivo Municipal de Paracuellos de Jarama. En él, encontramos, por ejemplo, un documento que muestra la relación de los veintinueve vecinos que deciden asociarse con el objetivo de crear dos plazas de sereno para el municipio, cuyos sueldos serían sufragados durante un año por ellos mismos debido al precario estado económico del consistorio. Las cantidades con las que contribuyen son diferentes, reuniendo un total de 2.370 reales. Y, gracias al Fondo Diputación Provincial de Madrid, podemos saber lo que cobraba un sereno en la capital allá por el año 1966, cuya nómina ascendía a la cantidad de 7.906,96 pesetas.
El oficio de escribano también está presente en esta muestra como antecedente del notario contemporáneo. Así nos lo muestra un magnífico documento de 1606. Se trata de una Real Provisión de Felipe III concediendo el título de escribano y notario a José Guillén de Rada. Se trataba de una profesión tan relevante que sólo los reyes, por medio de este tipo de documentos, facultaban para poder ejercer el oficio. Dos realidades redundan en la importancia del escribano: lo lucrativo del cargo –además de ser hereditario– y que era imprescindible pasar ante este oficial para dar un valor legal y público a un acto.