
Quinta de los Molinos
Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico
La Quinta de los Molinos es una de las últimas quintas de recreo construidas en Madrid, diseñada por el arquitecto y urbanista César Cort Botí.
Concebida como un sistema agro-ambiental con espacios de recreo y contemplación, ha llegado hasta nuestros días preservando en gran medida su carácter y ofreciendo a los madrileños un paisaje identitario, especialmente visitado durante la floración de los almendros.
Entre sus elementos arquitectónicos destacan el palacete y el portal de acceso desde la calle Alcalá, raras muestras en Madrid de arquitectura inspirada en la Secesión Vienesa. Su doble fachada, orientada hacia los jardines y hacia el núcleo urbano, representa un tipo de solución característica de las quintas de la burguesía en el siglo XIX. La quinta es una pieza clave del eje urbanístico de la histórica Carretera de Aragón, junto a otras quintas como Torre Arias y El Capricho.
Las quintas de recreo en España
Las quintas de recreo constituían un tipo de organización en el que las casas se complementaban con jardines, huertas y, en ocasiones, tierras de labor. Muy características de Madrid, definían un paisaje de transición entre lo urbano y el espacio rural que se desarrollaba en torno a la ciudad.
Proliferaron desde finales del XVIII y durante el siglo XIX, aunque su origen se remonta al menos a la Roma clásica. Representaban una visión idílica de la vida rural, identificando lo campestre con la virtud, la salud, la economía o lo espiritual.
En el Renacimiento la villa asumirá, además de funciones de recreo, un carácter de representación del poder de su propietario y un lugar de evasión del medio urbano con fines filosóficos, de meditación o estudio.
En cualquier caso, el carácter agrícola ha caracterizado desde sus orígenes a las villas de recreo construidas en España.
Además de ser construcciones aisladas, con presencia de torre, extensos jardines y vistas panorámicas, las villas de recreo españolas presentaban algunas particularidades.
Desde la casa hasta el campo cultivado, se sucedían los jardines formales, la arboleda, la huerta y el bosque de caza, contando también con viario y sistema hidráulico.
En el siglo XVII las quintas de recreo en los alrededores de Madrid se incrementaron y, especialmente en el siglo XVIII, debido a las teorías fisiocráticas, que relacionaban la naturaleza con la riqueza y el progreso.
Sin abandonar su carácter agrícola, muchas villas suburbanas y campestres se convirtieron entonces en espacios de experimentación artística o científica de su propietario.
La Quinta de los Molinos: Bien de Interés Cultural
- César Cort Botí, ingeniero industrial y arquitecto, especialmente interesado en la ordenación de la ciudad y sus espacios libres. Participó activamente en una red internacional de profesionales que dieron forma al nuevo pensamiento sobre la mejora de la vivienda y planificación de las ciudades.
- En noviembre de 1926, compró una primera parcela rústica con acceso al camino de la Guindalera como finca de recreo, y a lo largo de los años posteriores continuó comprando parcelas a distintos propietarios.
- El Palacete de Cort, edificio principal de la Quinta, se ubicó junto al camino de la Guindalera. Las estancias están estructuradas en torno a un patio central rectangular y el conjunto está rematado por una torre de planta cuadrangular. Fue diseñado como residencia, pero al haber sido objeto de tres intervenciones ha perdido parte de su distribución inicial.
- La edificación que se ve hoy es el resultado de las reformas realizadas por el autor en los años 1939 y 1954, que transformaron el palacete, convirtiéndolo en uno de los pocos ejemplos de arquitectura de la Secesión Vienesa tardía de la capital.
La vegetación de la Quinta de los Molinos constituye hoy en día uno de los grandes valores de este espacio:
- Jardines geométricos: ubicados en el entorno inmediato del palacete, en relación con las fachadas, siguiendo el estilo del Secesionismo Vienés.
- Jardín romántico: ubicado en el entorno del Arroyo de Trancos, aprovechando la humedad. Inspirado en los numerosos ejemplos españoles del XIX, presenta recorridos entre praderas y arboledas con hitos paisajísticos que recuerdan a los grandes jardines ingleses, un lago artificial, estanques, fuentes y grutas. También integra elementos del jardín hispano islámico en forma de aterrazamientos, albercas y acequias, todo ello diseñado por Cort.
- Zona agrícola: situada en los terrenos que se amplían al sur del arroyo de Trancos, y que lindan con la carretera de Aragón. Presentan un trazado geométrico de caminos y cuarteles plantados con almendros, olivos, pinos y eucaliptos, entre otras especies.
Uno de los elementos más destacables de la Quinta fue su organización para maximizar el aprovechamiento del agua:
- Atravesada por dos arroyos, el de la Quinta y el de Trancos, cuenta con elementos de almacenamiento como el lago artificial, diversas albercas y estanques. También se abastecía de avenidas de agua que alimentaban el lago y de pozos, que suplementaban el riego en los momentos de mayor consumo.
- Los dos singulares molinos de viento traídos de Estados Unidos en los años 20 del siglo XX para extraer agua de los pozos son los que dan nombre a la quinta. El Molino de la Rosaleda y el Molino de la Casa del Reloj son molinos esbeltos de 14 metros de altura, construidos mediante una torre de estructura piramidal metálica y pintada de rojo.
- El sistema hidráulico estaba distribuido y escalonado a diferentes cotas, adaptándose a los desniveles de la parcela para aprovechar la gravedad. El conjunto, además, integraba la funcionalidad del agua con un uso ornamental. Aunque este sistema ya no está en uso, existen numerosas albercas, fuentes y vestigios de acequias y arquetas repartidos por la finca.
- Casa del Reloj: antiguo complejo de viviendas para labradores e instalaciones relacionadas con las funciones agrícolas, del que solo se conserva esta construcción, rehabilitada en los
años 80 del siglo XX. Cuenta con un llamativo torreón de planta cuadrangular a modo de torre de un castillo. En su fachada sureste, dando nombre al conjunto, se encuentra un reloj sobre la puerta de acceso. Fue la vivienda de Cort en los últimos años de su vida. - Acceso de la calle Alcalá: en el proyecto de ampliación de 1943 se incluyó un nuevo complejo de entrada a la quinta, en el mismo estilo secesionista vienés del palacete, pintado en rosado y pilastras en blanco.
- Pista de tenis: cuenta con un frontal en exedra en el estilo Secesionista Vienés del palacete, con pabellón de arcos y pilastras, pintado en rosado y blanco.
- Otros edificios como invernadero, antiguas cocheras, almancenes y lavandería.











