Restauración de azulejería en el Palacio de Baena
Cartel en la fachada del palacio ubicado en Sevilla la Nueva
Durante la primera mitad del siglo XX las carreteras españolas fueron adaptándose paulatinamente al nuevo tráfico de automóviles. En este contexto, el Ministerio de Fomento publicó en el año 1918 una Instrucción que obligaba a la colocación de un cartel indicativo en las fachadas de los edificios ubicados en los accesos principales de las localidades.
El cartel restaurado en Sevilla la Nueva es uno de los ejemplos conservados en la Comunidad de Madrid de este tipo de rótulos, fechado probablemente alrededor de la publicación de una segunda Instrucción (1944) que reiteraba la obligatoriedad de su colocación por parte de los ayuntamientos, siguiendo el modelo propuesto en esta normativa
La azulejería de la fachada del Palacio de Baena
El cartel de azulejos se compone de un rótulo con el nombre de la localidad y el escudo de la antigua Diputación de Madrid (1833-1983) en su parte izquierda, todo ello rodeado de una cenefa decorativa con motivos vegetales. El diseño corresponde a Fernando Diago Piñón, ceramista de Castellón de la Plana. Está formado por piezas de azulejo de 15x15 cm, en color blanco sobre fondo azul cobalto mediante técnica de cuerda seca.
El cartel de azulejería se sitúa en una de las fachadas laterales del Palacio Baena, que corresponde al frente de la antigua carretera y actual travesía de la localidad. El Palacio, conocido también como la «Casa Grande», de traza herreriana y rasgos mudéjares, fue construido en el siglo XVII, siendo propiedad de la Comunidad de Madrid y estando cedido su uso al Ayuntamiento de Sevilla la Nueva desde el año 2017. Se trata del inmueble más destacable de la localidad, protegido como Bien de Interés Patrimonial.
Proceso de restauración
El estado de conservación del letrero era muy deficiente debido principalmente a su exposición a factores medioambientales como las oscilaciones termohigrométricas. Las piezas de azulejo presentaban fisuras, desplazamientos, pérdidas de material por impactos y desprendimientos del vidriado en varios puntos. A esto se sumaba la proliferación de pequeños líquenes y la suciedad generalizada.
El objetivo principal de la intervención ha sido detener su proceso de degradación, devolviendo su integridad y legibilidad del cartel mediante la reintegración volumétrica y cromática. Además de una limpieza mediante procesos físicos y químicos, incluyendo un tratamiento biocida, ha sido necesaria la adhesión de los fragmentos sueltos, y el sellado y estucado de las zonas faltantes.
Finalmente, se realizó una reintegración cromática con tintas planas en sucesivas capas, según el dibujo y técnica originales, y se aplicó una capa protectora de barniz.