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Yacimiento Alcalá la Vieja en Alcalá de Henares
Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona de Interés Arqueológico
El yacimiento de Alcalá la Vieja es uno de los cuatro asentamientos islámicos más importantes de la Comunidad de Madrid que constituye un valioso testimonio material de la cultura andalusí, junto con Calatalifa, Talamanca de Jarama y Madrid.
Es una de las escasas ciudades andalusíes localizadas y fosilizadas en el tiempo, teniendo en cuenta que la presencia de vestigios islámicos en la región madrileña no es especialmente abundante y, en muchos casos, como en el caso de la propia capital, están ocultos o muy transformados por la evolución posterior del poblamiento.
Alcalá la Vieja tiene gran valor cultural para conocer cómo fueron las ciudades andalusíes de la meseta, formadas por alcazaba, medinas y maqbara. Aunque el yacimiento tiene una larga cronología, que se remonta a la Edad del Bronce, y también se conocen niveles de la Edad del Hierro, de época romana y visigoda, el mayor desarrollo se conoce en época hispano musulmana, bajo el nombre de Qalat abd-al-Salam.
La zona, dentro del entorno natural protegido conocido como Parque de los Cerros, tiene un gran valor paisajístico e histórico, incluyendo el río Henares, el cerro Malvecino, protagonista táctico en la conquista cristiana de 1118, y las ermitas del Ecce Homo.
Contexto histórico
En el año 711, las tropas islámicas entraron en la Península Ibérica, extendiéndose rápidamente por el territorio. En el siglo X, las fronteras quedaron fijadas, en el centro y el oeste de la Península, en torno al valle del Duero. Estaban organizadas en redes o tramas que recibían el nombre de «marcas», siendo el sector central de la península denominado como Marca Media.
La huella islámica en la Comunidad de Madrid no solo se ve en la toponimia urbana y fluvial, sino también en los restos de fortificaciones con las que se protegió la zona de frontera, como en el caso de Alcalá la Vieja, cuyo origen se ha fechado tradicionalmente a partir del siglo IX, atribuyéndolo al emir Muhammad I (852/886).
Esta hipótesis partía de la referencia que se hace a la conquista de hisn al-qal‘a en el año 825 y el hallazgo de un dírham de la misma fecha. Sin embargo, el estudio detallado de las fuentes y las distintas campañas arqueológicas en Alcalá la Vieja apuntan a que no debió existir una fortaleza en época emiral, y que habría que retrasar la fundación hasta el califato omeya, no pudiendo llevarse su construcción antes del siglo X.
Alcalá la Vieja muy probablemente entró en la órbita cristiana tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI, aunque debió perderse rápidamente por el avance de los Almorávides desde el norte de África. El lugar pasó a manos cristianas tras un importante asedio por parte de las tropas de Alfonso XII en 1118.
Después de que el Arzobispo de Toledo, Bernardo de Sedirac, conquistase la ciudad, y durante el resto de la Edad Media, el viejo alcázar fue notablemente mejorado. De hecho, buena parte de los restos que se conservan (la torre albarrana o la iglesia mudéjar) son ya de plena época medieval cristiana, de los siglos XIII y XIV.
Descripción del yacimiento
El yacimiento está formado por tres cerros, situándose en el principal la fortaleza alcazaba, mientras que en los situados tanto al oeste como al sur se ubicarían arrabales sin fortificar. En el arrabal meridional se ha documentado la presencia de una maqbara o necrópolis. Cabe destacar los siguientes elementos:
- La alcazaba se ubica sobre una elevación precedida de un foso natural y la muralla está compuesta por varios lienzos y torreones, nueve según las últimas investigaciones, que se adaptan a la propia topografía del cerro. El trazado se ha datado en la segunda mitad del siglo X. Entre los siglos XII, XIII y especialmente a finales del siglo XIV, se produce la mayor transformación de la fortaleza.
- Torre albarrana. Es la estructura mejor conservada que se localiza al sudeste del acceso, asociada a esas obras de transformación en la segunda mitad del siglo XIV, y que permitía controlar el camino de subida hasta llegar a la puerta principal.
- Acceso a Alcalá la Vieja. Situado al sudoeste, es el elemento más destacado del conjunto. Estaba flanqueado por dos torres rectangulares de siglo X con un pasillo en el que sitúan dos puertas con arcos de herradura.
- Aljibe subterráneo. Posiblemente de época andalusí, conserva parte de la cubierta de bóveda de cañón de ladrillo.
- Necrópolis. Localizada en el arrabal meridional, donde se documentaron una veintena de enterramientos de rito islámico.
- Otros elementos. Se han documentado además elementos de almacenaje como silos, excavados en el terreno natural y una iglesia, posiblemente de trazas mudéjares, que albergaba un área cementerial en todo su entorno.