

Antigua Fábrica Clesa en Madrid
Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento
La fábrica Clesa, una de las principales centrales lácteas construidas en España, es icónico ejemplo de la arquitectura industrial española del siglo XX y obra clave del arquitecto Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996).
La fábrica, ubicada en el distrito de Fuencarral-El Pardo de Madrid, permanece en el recuerdo de toda una generación de escolares que la visitaron en una época en la que el consumo de leche tratada e higienizada industrialmente supuso un avance de gran trascendencia en la mejora de los hábitos alimentarios de la población.
Su diseño y concepción integral dio lugar a algunas de las soluciones en equilibrio más originales de la arquitectura de esos años, como la disposición tripartita de las naves con lucernarios espaciados. El uso de elementos prefabricados y la solución integral de revestimiento de la fachada con aplacado de hormigón, sustituyendo al característico ladrillo visto de otros edificios coetáneos, son otras de sus características más destacadas.
Historia del edificio
En 1943 Agustín González Mozo funda la empresa Centrales Lecheras Españolas, S. A. (Clesa), como expansión de la empresa agropecuaria granja de Báscones, creada en los años 20 en Quintanilla del Agua y suministradora de leche a la ciudad de Burgos.
El crecimiento de Clesa supuso la obtención en 1954 de la concesión de una de las primeras centrales lecheras en Madrid, cuyo proyecto fue encargado en 1957 al arquitecto Alejandro de la Sota y al ingeniero agrónomo Manuel Ramos Amieva.
Aunque De la Sota cesó como director de obra en 1963, la obra estaba prácticamente terminada y su culminación final quedó a cargo de los arquitectos Fernando Lapayese y Francisco Javier Pérez García. En su evolución empresarial la fábrica fue adquirida en 2007 por Nueva Rumasa y en 2012 se determina judicialmente su cierre.
Convertida en un solar en desuso, la promotora Metrovacesa compró dichos terrenos, iniciando un intento de demolición en 2014 para levantar un complejo residencial. El proyecto conllevó la oposición de un amplio conjunto de asociaciones e instituciones por la defensa del patrimonio, cuyas reclamaciones han sido fundamentales en el proceso de protección del edificio. En 2015 se determina su protección por la Comisión Local de Patrimonio Histórico de Madrid.
Tras varias modificaciones del régimen urbanístico y concursos de ideas relativos al futuro uso del espacio, la presente declaración como Bien de Interés Cultural supone que los futuros usos de la fábrica estarán subordinados a conservar los valores arquitectónicos, artísticos e históricos que justifican su protección, sin desvirtuar su imagen ni su carácter, protegiendo los elementos que permitan mantener la memoria fabril del edificio.
Declaración como Bien de Interés Cultural
- Autenticidad, singularidad y valor histórico y experimental en el contexto de la arquitectura del Movimiento Moderno en España tras la Guerra Civil y el período de autarquía. Formaron parte de esta renovación arquitectónica nombres como Sáenz de Oiza, Fisac, Carvajal, Ortiz-Echagüe, Cano Lasso o el mismo De la Sota, entre otros,
- Alejandro De la Sota es una referencia obligada en la arquitectura española del siglo XX y modelo de varias generaciones de arquitectos españoles. Autor de proyectos significativos como el Gimnasio del Colegio Maravillas, en Madrid.
- Clesa es uno de los pocos edificios industriales singulares y de gran valor de esos años que aún permanecen en pie en Madrid, tras la demolición de ejemplos como la fábrica Mahou, Standard
Eléctrica o Manufacturas Metálicas Madrileñas, entre otros muchos.
- Diseño del trabajo: el edificio estaba diseñado para la producción en seis líneas paralelas, desde la recepción de envases vacíos hasta su salida como producto tras las operaciones de lavado, llenado, cerrado, almacenado y refrigerado.
- Distribución en varias naves: Estos trabajos se distribuían en tres naves, producción, tratamiento y recepción, de las cuales esta última fue demolida en 2022. Se conserva el pasaje subterráneo entre el bloque principal y la nave de recepción y permanecen también los alojamientos semicirculares en ménsula de hormigón para albergar los depósitos de pasteurización, pese a que estos últimos fueron desmantelados.
- Otros espacios: la fábrica incluía un bloque de almacén y productos especiales, un bloque de administración y servicios y un bloque de recepción de visitas y oficinas, unidos por galería acristalada. Los visitantes eran recibidos con una barra de degustación de productos, todavía existente.
- Elementos estructurales: La estructura general de la fábrica está realizada en hormigón junto a la introducción pionera de elementos prefabricados. En ambas naves destaca la configuración de sus lucernarios, soportados por estructuras en ménsula, que son los elementos de mayor originalidad e innovación del momento, buscando un rasgo de diferenciación arquitectónica.